El cine del destape es otra muestra más de cómo el arte refleja su época. En la entrada de hoy nos zambullimos de lleno en este género propio español y desvelamos sus características, su atractivo y su puntos débiles.
España se puso cachonda.
Camilo José Cela (1976). Enciclopedia del erotismo.
EL DESTAPE
Índice
El 1 de marzo de 1975 el nuevo Código de Censura exponía lo siguiente: «se admitirá el desnudo siempre que esté exigido por la unidad total del film, rechazándose cuando se presente con intención de despertar pasiones en el espectador normal o incida en la pornografía.»
Desde ese momento se empiezan a ver cuerpos desnudos, sobre todo femeninos. Hay quienes los definen como un género cinematográfico, pero yo me quedo con la definición que da Natalia Ardanaz Yunta en su tesis El cine del destape: un análisis histórico desde la perspectiva de género. En ella habla del destape como un fenómeno donde la emergencia de cuerpos desnudos en el cine no era sino el marco para analizar discursos ideológicos, políticos y culturales en la última etapa del franquismo y la transición.
Y es que el fenómeno del Destape comprende manifestaciones más amplias como la prensa escrita, la televisión, la publicidad y el teatro. Sin duda, un fenómeno para los millones de españoles que vivían la represión sexual del franquismo, quienes ya no tendrían que cruzar los Pirineos para ver desnudos en pantalla.
ORÍGENES DEL DESTAPE
En la entrada sobre la Transición estudiamos dónde cómo era el cine español en los 70. Podemos establecer tres grandes grupos de películas producidas en el tardofranquismo:
El cine más intelectual, creado por los directores de la Escuela de Cine de los 60. Aquí encontramos películas muy buenas, como El espíritu de la colmena(1973) de Víctor Erice, y La prima Angélica (1973) de Carlos Saura.
La Tercera Vía. Este supuso un intento de dignificar el cine comercial de entonces. Combinó la comercialidad de las comedias con temas serios y de la actualidad del momento, como la emigración, la liberalización de la mujer o la propia Transición
.
El fenómeno aportó toda una serie de películas, en su mayoría comedias, que incluían una cierta perspectiva crítica sobre la realidad del momento. Films como Españolas en París (Roberto Bodegas, 1971), Vida conyugal sana (Roberto Bodegas, 1974) o Los nuevos españoles(Roberto Bodegas, 1974), promueven una nueva imagen del país, y representan a una ciudadanía entusiasmada con asimilar actitudes y costumbres de sociedades europeas de referencia.
(…)La Tercera Vía fue resultado de un cine en transición. En la corriente se desgranan ciertas constantes, las cuales dotan a estas películas de la capacidad de ser utilizadas como medio para analizar y conocer rasgos sociales de la época en la que son producidas. (…)Por ello, la Tercera Vía conforma un indudable patrimonio de información y documentación que ayuda a comprender la historia social de los españoles.
Lucía Varela Santiago (2017). José Luis Dibildos productor de la tercera vía del cine español. Tesis en Dialnet.
El Landismo. Se trata de un subgénero de la comedia que toma su nombre del actor Alfredo Landa. Estas películas se caracterizan por ser comedias de enredo que mostraban las inquietudes de los españoles de la época, sobre todo las sexuales.
El actor Alfredo Landa, caracterizado.
Su protagonista solía ser un hombre prototipo del macho ibérico o español. Un personaje reprimido, fanfarrón y anticuado, que se ve desbordado por la liberación sexual de los 70. Una liberación, la llegada con una apertura de la censura y del turismo a España, de la que quiere formar parte, pero de la que fracasa. Un fracaso que se mostraba en la pantalla como el regreso al hogar con su mujer chapada a la antiga e imperiosa.
Este personaje encontró a su actor fetiche: Alfredo Landa. Alfredo Landa se convirtió en todo un símbolo. En sus películas solía hacer del español medio que se debate entre lo tradicional y lo nuevo.
Estas películas tenían un mensaje moral claro. Lo importante es el matrimonio y la familia tradicional. El macho ibérico era como el título de esa canción de Manolo Escobar: «Moderno, pero español».
En el excelente libro Ensayos sobre cine, historia y antropología. México y España (vol 1) encontramos un capítulo dedicado a las sexycomedias latinas. Al principio de este se nos habla del macho ibérico como parodia del galán de Hollywood:
Este género labra el mito del hombre corriente conquistador de la mujer ideal. Los actores principales de estas comedias rompen el modelo estético del «handsome boy» que Hollywood ha puesto como estándar. (…) Este hombre de físico corriente es, de hecho, un prototipo nacional,
con el que la audiencia en su mayoría se puede identificar: el macho mexicano y el
celtíbero español. Así introduce a su personaje el director Mariano Ozores en Manolo
la Nuit (Mariano Ozores, 1973):
«[Las extranjeras] han venido porque saben que España es diferente. Y aquí encontrarán el sol, la paella, corridas de toros… y también, ¿por qué no decirlo? Algunas vienen buscando el romance, la aventura. Desde Rodolfo Valentino, los latinlover tenemos mucho cartel, y ustedes perdonen la inmodestia. Claro que sobre gustos no hay nada escrito, por eso el que levanta más admiración a su paso es ese colosal producto que salió del cruce de los celtas los íberos. Nos referimos al racial celtíbero español, que en este caso se llama: Manolo.»
Manuel Jesús González Manrique y Martín Gómez-Ullate García de León. Ensayos sobre cine, historia y antropología. México y España (vol 1). Universidad Autónoma del Estado Hidalgo.
SURGE EL DESTAPE
“De la noche a la mañana, España se llenó de partidos políticos y de gente
en pelotas. España caminaba hacia la felicidad sexual y la plenitud política”
Ramón de España,
Revista de 1976.
El destape podría considerarse un hijo del landismo . Compartían el interés erótico y muchas son comedias, además de estar realizadas sin ninguna pretensión artística. Los dos buscaban el máximo beneficio económico. Digamos que fue una evolución de las comedias ligeras a las picantes. El paso del landismo al azorismo. De la España tradicional que se abre mediante el turismo, a la España democrática, perdida en una Europa mucho más moderna.
El destape tradujo el cambio político, social e ideológico a las pantallas; un cine, eso sí, en el que muchos sólo vieron a la mujer como un objeto con el que ganar dinero, mucho dinero. Y es que los españoles pedían y pedían más piel desnuda.
En 1975 el dictador Francisco Franco muere y España se sumerge en la incertidumbre. En la sociedad se vivía miedo y esperanza a la vez. Algo que se tradujo en las pantallas de cine, donde el macho ibérico desaparecía, como si la muerte de Franco le hubiera dejado impotente. Por otro lado, empezaron a surgir las películas que reflexionaban sobre la contemporaneidad del Estado y, sobre todo, las que trataban temas tabú como la Guerra Civil, el terrorismo y, la liberación sexual.
En ese mismo año, 1975, la censura española permitió el desnudo en la pantalla siempre que la historia lo necesitase, siempre que no levantara pasiones en el espectador y que no cayese en la pornografía. Esto hacía que no se supiera a ciencia cierta si el desnudo o no podría ser permitido, pero parece que no se lo tomaron a pecho. Y es que, con el tiempo, no se cumplirían ninguna de esas tres condiciones en el cine de destape.
Esto llevó a muchas actrices a realizar las siguientes declaraciones: «me desnudaré si asó lo exige el guión». Y vaya si lo exigía. En el podcast de la cadena SER, Sucedió una noche, explicaba cómo esta apertura de la censura propició un auténtico «despelote» en el cine español, que se inició con el film La trastienda (1975).
Se puede considerar a La trastienda (1975) como la primera película del destape español, al incluir el primer desnudo íntegro del cine patrio. No obstante, ya se habían podido ver algo de carne en películas como El amor del capitán Brando (1974), la cual fue todo un éxito de taquilla.
«La trastienda» se anunció con esta frase publicitaria: «No es la película de la apertura, es la película de la libertad». Ocurría que, parafraseando su título, aquel filme tenía mucha trastienda. Su protagonista era un médico casado (Frederick Stafford, quien seis años antes había actuado en «Topaz», de Hitchcock), miembro del Opus, que sucumbía a la tentación carnal, manteniendo ardoroso idilio con una improbable enfermera que lucía el rostro y el cuerpo de María José Cantudo.
La película El puente (1977) de Antonio Bardem muestra este cambio en la sociedad española. En el film, Alfredo Landa hace de Alfredo Landa, y aprovecha un puente festivo para ir a Torremolinos y conquistar extranjeras (el mito de las suecas).
Sin embargo, durante el viaje que realiza hasta la Costa del Sol, descubre los problemas de la sociedad española del momento. Entre ellos se encuentran el éxodo rural, las luchas sindicales y la situación de presos por ideas políticas.
En cuanto llega a Torremolinos, se encuentra una playa vacía. España ha cambiado, y su relación con el sexo también.
El director Mariano Ozores.
Una nueva generación de autores son los encargados de realizar este cine, entre los que destaca el director Mariano Ozores. Éste había comenzado en el mundo del cine en los años cincuenta, y se había hecho un nombre durante el landismo.
Con la Transición se adapta a los nuevos tiempos y se suma al Destape. Usa la popularidad de éste para incluir parodias y críticas a la sociedad, películas donde los personajes se encuentran en el centro de los cambios que se producían.
Mariano Ozores sería uno de los principales responsables del boom del Destape. Sobre todo cuando inicia sus producciones con el dúo cómico Pajares–Esteso.
AUGE DEL CINE DEL DESTAPE
Despedida de la revista Interviu, con la portada de Pepa Flores (Marisol). Casi 42 años después del desnudo de la actriz, la revista dejaba de publicarse.
El éxito del destape no ocurrió sólo en el ámbito cinematográfico. La prensa española se inundó de revistas en las que posaban modelos y famosas desnudas. El ejemplo más claro y que más caló en la sociedad fue el de la portada de septiembre del 76 de la revista Interviú. En ella aparecía el cuerpo desnudo de Pepa Flores, más conocida como Marisol, una de las actrices más conocidas durante el franquismo, gracias a sus películas musicales como niña en los 60.
Que Marisol protagonizara un Interviú no era moco de pavo. Es cierto que habíamos visto a símbolos del cine franquista en papeles totalmente diferentes, como es el caso de Alfredo Maya en La caza (1966), y Aurora Bautista en La tía tula (1964). Pero esto era diferente. La chica referente de los años de bonanza económica de la dictadura se desnudaba en una sociedad muy diferente.
Figuras muy ligadas al franquismo como Rocío Dúrcal, Marisol y en menos medida Carmen Sevilla, cantantes y actrices de la época, también se integraron dentro de esta ola de cine. Esto significaba una ruptura total con el antiguo régimen dictatorial. Aquellas jóvenes que habían estado al servicio de la nación ahora se comenzaban a destapar ante las pantallas como grito de libertad. Por ejemplo, Rocío Dúrcal realizaría la primera escena lésbica íntegra con Bárbara Rey en Me siento extraña (Dir. Enrique Martí Maqueda, 1977). La tórrida escena de sexo entre las dos actrices era un llamamiento a liberación sexual homosexual y aunque no supusiera un cambio de mentalidad en la sociedad española, el hecho de mostrarlo en pantalla era un avance.
Desde el 76 hasta principio de los 80 se produjo el boom del destape. El escaso coste de estas películas y el alto beneficio que conseguían hizo que se produjeran un enorme número de estos trabajos. Por ejemplo, el director Mariano Ozores llegó a dirigir seis películas en un año que encajaban en el cine del destape.
Los bingueros (2019).
Una de las películas más populares de Ozores fue Los bingueros (1979), que sirve de ejemplo para mostrar el éxito de este cine. Fue la primera película protagonizada por el dúo Andrés Pajares y Fernando Esteso, un dúo cuya popularidad aún se recuerda. Este film recaudó en las salas de cine casi 200 millones de pesetas, y su producción sólo costó 15 millones.
El cine español nunca había sido tan rentable. El alto número de producciones realizadas impactaba en la calidad de los filmes, que tenían mucho desnudo y poca calidad. De hecho, tan poco importaba la calidad de las películas que las actrices eran elegidas meramente por su físico. Luego, unas profesionales del doblaje se encargaban de abrillantar el trabajo actoral.
Como las actrices eran poco más que objetos de deseo, los actores sobresalían en pantalla (lo poco que se podía en películas tan malas). De hecho, en estas películas encontramos a actores de la talla de José Luis López Vázquez y José Sacristán, dos de los mejores actores que han aparecido en las pantallas españolas. Más adelante hablaremos de las estrellas del destape.
EL FIN DEL CINE DE DESTAPE
La directora Pilar MIró. Una de las responsables del fin del cine de destape, así como de un empuje a la calidad del cine español.
Los años gloriosos del cine de destape terminarían a mediados de los 80, cuando el primer gobierno socialista de la Transición disolvió la Junta de Calificación, y Pilar Miró, Directora General de Cinematografía legalizó las películas X y las salas para su proyección.
Los españoles, que no se conformaban con meros desnudos, tenían acceso por primera vez al porno duro. Desde ese momento, muchos espectadores dejaron de encontrar sentido al cine de destape. Empieza el declive del destape, que ya era visto como un cine de baja calidad e interés. Si bien es verdad, que muchos de los directores continuaron haciendo cine, muchos de los artistas vieron cómo su carrera se destruía.
El caso más claro es el de las actrices. Pocas de ellas continuaron pudieron continuar su carrera cinematográfica, como el caso de Victoria Abril. Algunas de ellas, como María Luisa San José y Victoria Vera encontraron un hueco en la industria de televisiva, que por entonces comenzaba a tener más importancia en la sociedad española.
No obstante, otras vieron cómo el fin de este cine acarreaba el fin de su aparición en pantallas. Algunas acabaron ejerciendo la prostitución de lujo. El caso de Nadiuska, una de las grandes estrellas del destape, es también oscuro, pues acabó internada en un centro psiquiátrico.
Aunque fueron consideradas como abanderadas de la libertad y la democracia, se puede intuir que detrás de esa apariencia revolucionaria para la época, subyace un motivo más ligado al beneficio económico de las productoras con la utilización del cuerpo femenino como herramienta.
Las actrices y actores del destape participaron en una industria que movía millones de pesetas. Unos actores que, de participar en la industria actual, serían más famosos que los actuales. Y es que ahora se da protagonismo a los actores que mueven las películas de puro entretenimiento. Pero antes, el espacio de la popularidad era reservado para los ganadores de premios, y las actrices de películas «serias».
Sin embargo, pocos recuerdan el nombre de estos artistas que llenaban salas. El estigma de ser famosos por su cuerpo y no por sus dotes interpretativas caló muy fuerte en una España que continuaba con una moral retrógrada y tradicional. El sexo era un tema tabú.
El periodista José Aguilar se dispuso a estudiar a estas artistas, estrellas en su momento. En 2012 publicó el libro Las estrellas del Destape y la Transición (T & B editores), narrado por las propias actrices. Si bien el libro tiene carencias en algunas figuras, ofrece retratos muy interesantes sobre figuras como Ágata Lys, de quien se ofrece una entrevista.
Nombre propios como Ana Belén, Bárbara Rey, Amparo Muñoz o Marisol nos ayudaron a desnudarnos sin complejos y nos permitieron decidir qué es lo que más nos gustaba. La valentía de algunas producciones es analizada en un recorrido vertiginoso que nos muestra una lujuria que estaba contenida para satisfacer los deseos de propios y extraños. Un repaso que aporta un enfoque profundo y que sorprende por los secretos revelados con el paso de los años, ahora que, supuestamente, somos más adultos y coherentes con nosotros mismos.
Reseña Las estrellas del Destape y la Transición (2012). José Aguilar. T & B editores.
Repasemos algunos nombres propios del Destape.
NADIUSKA (Roswicha Bertasha)
Nadiuska a principios de los 70.
Roswicha nació en Schierling, en la República Federal Alemana en 1952. De ascendencia rusa y polaca, llegó a Barcelona como modelo en 1971. Usó el nombre de Nadiuska, por ser más fácil de pronunciar para los españoles, y su belleza y disposición para desnudarse le granjearon fama con rapidez.
Se dio a conocer en películas tan taquilleras como Lo verde empieza en los pirineos(1973) y Manolo la nuit(1973). Después participaría en numerosas películas durante el Destape, y tuvo que casarse con un hombre al que apenas conocía para obtener la nacionalidad española.
Su figura se fue difuminando a mediados de los ochenta con el fin del destape. Aunque en esta época participó en la producción estadounidense Conan el Bárbaro(1982), en la que hacía de madre del protagonista.
Desde entonces su carrera y vida fue cuesta abajo. En los noventa acumulaba importantes deudas de dinero, y, en esa misma década, empezó a presentar trastornos mentales. Fue ingresada en un hospital de Madrid y diagnosticada con esquizofrenia.Con el tratamiento mejoró, por lo que en 2002 recibió el alta médica.
Sin poder recuperarse económicamente, estuvo durmiendo en las calle de la capital sin llegar a encontrar un lugar estable. Así lo retransmitieron algunos programas de televisión en el año 2008. El hecho de que su situación se hiciese pública, implicó que el centro hospitalario Benito Menni de Valladolid le acogiese para tratar su severa enfermedad.
Muchos medios de comunicación han afirmado que Nadiuska es el claro ejemplo de lo que se denomina «juguete roto». Incluso se publicó un libro en el año 2012 llamado así, escrito por Tomás Pérez Niño.
A día de hoy, lo último que se sabe de ella es que vive en el convento Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús de Ciempozuelos (Madrid).
BIBI ÁNDERSEN (BIBIANA FERNÁNDEZ)
Bibiana Fernández en la actualidad.
Bibiana Fernández es la cara opuesta de la moneda. Su fama no sólo tuvo lugar durante el cine de Destape, sino que a día de hoy es un personaje popular de la televisión española.
Nacida en Tánger (1954), en los setenta empezó su carrera como artista en los cabaret de Barcelona. Su fama en el cine le llegó de la mano de Vicente Aranda, en la película Cambio de Sexo (1977), en la que coincidió con Victoria Abril. Y es que, para el que no lo sepa, Bibiana nació como hombre, y no fue hasta la edad adulta que inició un tratamiento hormonal para ser mujer.
El talento de Bibiana y su trabajo ha permitido que continúe como personaje popular. En el cine la hemos podido ver en producciones de Pedro Almodóvar; participa con frecuencia en obras de teatro y programas de televisión.
SUSANA ESTRADA
La actriz Susana Estrada.
Estrada nació en 1950, en Gijón, y 28 años después protagonizaría una fotografía histórica de la Transición. En la foto se la veía recibiendo, de manos de Tierno Galván (quien iba a ser alcalde de Madrid al año siguiente), con un pecho desnudo.
Estrada, que protagonizó el primer desnudo integral en el teatro español (en la obra Historias del striptease) fue musa de Interviú y de otras revistas para adultos, tuvo un consultorio sexual en la revista Play Lady –que le valió ser procesada por escándalo público y ver cómo el retiraban el pasaporte– y protagonizó películas eróticas como Pepito Piscinas o El maravilloso mundo del sexo. También lanzó canciones con nombres tan sugerentes como Tócame, ¡Quítate el sostén! o Gózame ya, que Estrada quería titular originalmente Fóllame ya, pero la compañía discográfica no se lo permitió.
La popularidad de Susana cayó en picado a finales de los 80. Sin embargo, se dejó ver de vez en cuando en televisión, incluso se editó un recopilatorio de canciones suyas en el 2017.
JOSÉ LUIS MANZANO
El actor José Luis Manzano.
Manzano (1962) entró en el cine de forma accidental. Tuvo una infancia difícil y a los doce años entró a trabajar en unas bodegas donde se lesionaría la columna, lo que le ocasionó secuelas de por vida. En su juventud se gana la vida en la calle, y no fue hasta 1978 que conoció al director Eloy de la Iglesia.
De la Iglesia y Manzano se conocieron en 1978 a la salida de los billares Victoria, en Madrid, donde los chavales del lumpen madrileño se ofrecían a los gays. El realizador se llevó al joven, y más tarde, cuando buscaba un actor para Navajeros(1980), lo llamó. En ese momento lo acogió y le puso una profesora particular que lo alfabetizase. Manzano vivió regularmente con el director desde desde marzo de 1980 hasta el otoño de 1988, una situación clásica en el cine quinqui. Sin embargo, el actor siempre contaba que su encuentro fue a raíz de una prueba cinematográfica a la que se había presentado, y aseguraba que seguía viviendo con su familia en la UVA de Vallecas.
Esta es sólo una pequeña representación de las estrellas del Destape. Podíamos incluir otros como el de Ágata Lys, Silvia Tortosa, Máximo Valverde y Bárbara Rey, entre otros.
CARACTERÍSTICAS Y EVOLUCIÓN DEL CINE DE DESTAPE:EL CINE S
Una vez repasada su historia, conviene centrarse en las características del destape. ¿Qué hace que una película sea de destape? No todas las películas que contenían desnudos eran de destape, por lo que vale la pena tratar de discernir cuáles son los puntos en común de estas películas.
En la sobresaliente tesis de Natalia Ardanaz Yunta, Cine de destape: un análisis histórico desde la perspectiva de género (2018), se exponen algunas definiciones con las que discernir entre el resto este tipo de cine.
El cine de destape es un cine que se define por la aparición de cuerpos desnudos, principalmente femeninos.
Guión sin profundidad que se dirige al desnudo femenino, muchas veces sin fundamento.
Bajo Presupuesto. Baja calidad. Es un cine sin ningún tipo de pretensión por la experimentación formal. Su objetivo es el máximo beneficio económico.
Símbolo de las contradicciones sociales y políticas de la transición a la democracia. Su periodo de existencia coincide con la Transición.
Aunque muchos incluyen al cine S (erótico) dentro del cine de destape, Natalia Ardana ve diferencias entre ambos. Expone que hay diferencias entre ambos en la forma de narrar, en el contenido humorístico y en la explicitud del sexo. No obstante, yo sí lo considero parte del destape, que debe ser visto como una evolución del mismo.
Es cierto que en el cine S se produce una mayor sexualización y a veces cae en el denominado «porno suave». Pero se trata de un cine que sigue sirviéndose de la represión anterior y del cuerpo de la mujer para hacer dinero. El paso es la normalización del sexo en la pantalla. Antes, al comienzo del destape, unos cuantos desnudos eran suficientes. Pero, con el paso de los años, el público quería más.
Fotograma de No me toques el pito que me irrito (1983)
Quizá provenga de aquí la creencia de que «para que sea una película española tiene que verse una teta». Hay muchas opiniones peyorativas acerca del cine español, desde los propios españoles. Una de ellas es que en todas las películas se ven desnudos, la mayoría gratuitos.
Esto no es cierto, al menos en el cine actual. Aunque habiendo recibido la herencia del destape ¿Cómo no va a haber desnudos en el cine español?
La categoría de S se daba a todas las películas que podrían dañar la sensibilidad del espectador. Fue creada por el gobierno de la UCD en 1977 en un intento de frenar la llegada de cine pornográfico que se exhibía fuera de nuestras fronteras.
Una muestra de la penetración del destape y el cine erótico es su presencia en la pantalla. Desde, Loca extravagancia sexy (1978), una de las primeras películas en ser calificadas como S, hasta No me toques el pito que me irrito (1983), se estrenaron unos 130 títulos S. Y es que el 25% de las producciones estrenadas entre el año 80 y el 82 fueron calificadas como S.
En pocos años España pasó de la represión sexual a un consumo de cine erótico más avanzado que en el resto de Europa.
CARACTERÍSTICAS CINE S
El cine S reunía numerosos géneros bajo el pretexto del sexo y el desnudo. La mayoría presentaban alto contenido en violencia y propuestas que rayaban lo bizarro. De hecho, se acuñó el término Spanish Sexplotation.
Libro de Víctor Matellano, Spanish Sexplotation.
Víctor Matellano, crítico de cine y autor de un libro sobre el tema, lo ha dividido en tres áreas: sexo, sangre y balas. Se trata de un conjunto de películas pensadas para cines con doble programación y que llegan como consecuencia del aperturismo que está experimentando la sociedad española. Fruto de los factores coyunturales y del ingenio de cineastas y productores, surgen curiosas fórmulas cinematográficas como chorizowestern, paella-western, péplum, pseudobonds, terror hispano, etc.
Natalia Ardanaz Yunta, Cine de destape: un análisis histórico desde la perspectiva de género (2018). Tesis doctoral. Universitat de Barcelona.
El cine S continúa y evoluciona el cine de Mariano Ozores. Lo erótico se empieza a mostrar de una manera explicita, sin esconder su intención de excitar al espectador. Dos directores destacarían en esta evolución del cine de destape: Ignacio Iquino y Jesús Franco.
Jesús Franco se convirtió con los años en un director de culto. El mayor representante del fantaterror, el sadoerotismo y del cine porno español. De hecho, su película Una rajita para dos (1984) se la considera la primera película X española de la democracia. Esto supuso una de las causas del fin del destape.
EVOLUCIÓN DE LOS ARQUETIPOS FEMENINOS Y MASCULINOS EN EL CINE DE DESTAPE
UNA PRIMERA ETAPA DE CAMBIOS
La sociedad española de los orígenes del destape, la del landismo, pasó por grandes cambios en poco tiempo. Y es que España pasó de estar en blanco y negro al más puro technicolor.
Propaganda turística de los 60.
La España oscura, rural y de boina se transformó en la del SEAT 600, la minifalda y el bikini, una transformación que plasmó el cine de esos años.
(…) la política cinematográfica en la última etapa del franquismo utilizó el NCE como medio de propaganda para el exterior, el cine comercial constituyó el vehículo idóneo propagandístico para trasmitir su discurso en el interior. El cine de Alfredo Landa, Paco Martínez Soria, Lina Morgan, Arturo Fernández y Manolo Escobar representa a la perfección la crisis que provoca el tránsito entre lo viejo y lo nuevo, entre la tradición y la modernidad.
Natalia Ardanaz Yunta, Cine de destape: un análisis histórico desde la perspectiva de género (2018). Tesis doctoral. Universitat de Barcelona.
Si bien estos personajes representan la visión patriarcal y tradicional de la sociedad, empiezan a manifestar deseo sexual. A partir de este deseo, evolucionan los arquetipos de ambos géneros.
Los personajes femeninos de esta primera etapa del destape se pueden dividir en dos grandes grupos: «las cualquiera» y «las señoritas.» Un antagonismo que viene de antiguo, amplificado por la ideología franquista, que hizo de la familia el eje vertebrador de la sociedad.
Modelo de familia tradicional española.
Aunque en un contexto de cambio social acelerado, sigue siendo la familia -el modelo de familia católico patriarcal- con sus particulares variaciones españolas y mexicanas, el que estructura estas relaciones de género. Un modelo de familia en el que el hombre independiente y proveedor está legitimado, por esa misma función proveedora, a decidir cuándo entra y cuándo sale del hogar, quién se queda y quién se marcha en la casa, en el que la mujer dependiente y sustentadora ha de aceptar no ser la única, pero resignarse a no tener más hombres, cumplir con su papel de madre-dadora de vida, esposa
fiel. Ilustraremos y analizaremos algunos de los síndromes, modelos y sistemas de valores que se perfilan a través del cine de ficheras en México y del destape en España.
Manuel Jesús González Manrique y Martín Gómez-Ullate García de León. Ensayos sobre cine, historia y antropología. México y España (vol 1). Universidad Autónoma del Estado Hidalgo.
Sin embargo, con la Transición, el fin de la dictadura y el mayor aperturismo, estos valores comenzaron a decaer. Se empezaron a ver en el cine mujeres adúlteras, y mujeres activas sexualmente. La virginidad pierde su poder. Esto es algo de suma importancia, pues la imagen de la mujer inmaculada se resquebraja. Y es que la obsesión por la virginidad era algo que penetraba hasta en el cine.
Un ejemplo de esto lo encontramos en la película de Antonio Drove Tocata y fuga de lolita (1974). La película nos narra la historia de Carlos, un viudo de mediana edad que cuya única hija, Lolita, se ha fugado. Lolita se encuentra en un piso de estudiantes donde su novio quiere mantener relaciones sexuales. Sin embargo, Lolita cuida de su virginidad. Para ella es importante llegar virgen al matrimonio.
Esta estructura tradicional del personaje de Lolita se altera cuando conoce tanto a la amante de su padre, como la relación que éste sostiene con su amiga Ana. Este golpe moral le hace mantener sus primeras relaciones sexuales,
como era habitual en la época, entre llantos, dudas e incomprensión del «pecado» que está cometiendo.
Las palabras de Max (1978).
En el estudio de Manuel Jesús González Manrique y Martín Gómez-Ullate García de León se cita una conversación que muestra la ruptura generacional y la nueva libertad sexual. El diálogo es deLas palabras de Max (1978), en la que un padre divorciado interroga a su hija:
SARA: Tiene dieciocho años. Estudia primero de económica.
MAX: ¿Tiene cinco años más que tú?, y ¿de qué habláis?.
SARA: No sé, de todo.¿De qué hablas tú con Luisa?
MAX: De todo también, pero comprende que no es lo mismo.
[•••]
MAX: ¿Te ha besado?
SARA: Te he dicho que nada más.
MAX: ¿No te habrás acostado con él?
SARA: Eso es lo que te preocupa, todo el interrogatorio para esto.
MAX: A mí no me hace ninguna gracia.
SARA: Y si te digo que sí, ¿qué harías?
MAX: Nada, ¿qué podría hacer?
SARA: Cualquiera sabe. Lo primero, decírselo a mamá.
MAX: ¿Crees que se lo debo decir?
SARA: Tú verás.
MAX: Osea, que te has acostado con él.
SARA: Si tú lo dices…
MAX: ¿Quieres hacerme rabiar?
SARA: Eso es lo que me decías de pequeña.
MAX: Y ahora qué eres.
SARA: Si fuera tan pequeña no me preguntarías estas cosas.
MAX: Es verdad, pero ahora.
SARA: Ahora todo ha cambiado de repente. ¿No?
MAX: Ahora tienes 13 años y lo que puedas hacer es muy grave.
SARA: Sí, como por ejemplo ir con Daniel en moto y estrellarnos con
un camión. Eso no te preocupa nada.
MAX: Claro que me preocupa.
SARA: No sólo si me he acostado con Daniel.
MAX: Eso, también me preocupa.
SARA: No, sólo eso.
MAX: Si te pones tan furioso por algo será.
SARA: Siempre has dicho que .haga lo que me parezca bien.
MAX: Y siempre te lo diré.
SARA: Pues eso.
MAX: Osea, que te has acostado con Daniel -ella llora-. No te pongas
así.
SARA: ¿Cómo quieres que me ponga?
MAX: Si me dijeras la verdad te sentirías mucho más tranquila.
SARA: Tú te sentirías más tranquilo, pero no lo conseguirás.
Con el diálogo del filme queda reflejada la ruptura generacional y moral que se vive en España. El sexo comienza a normalizarse entre la sociedad y en las pantallas.
El modelo de mujer de este paleodestape viene condicionado por esta visión de la familia como eje vertebrador. En la entrada sobre la femme fatale ya vimos que el destino trágico que espera a estas mujeres que desafiaban la estructura familiar. Esta importancia del matrimonio como ascenso social o, aprobación social, se manifiesta en los numerosos personajes de mujeres que hacen el papel de amante durante esta etapa del cine.
En lo que a hombres se refiere, el cambio hacia la libertad sexual conlleva una pérdida de su autoestima y virilidad. En el paleodestape el arquetipo de hombre protagonista era el macho ibérico, ya comentado. Un hombre que imponía la importancia de la virginidad de la mujer, pero que trataba de mantener relaciones con todas las mujeres que podía.
El modelo es, como todo lo cultural, ambiguo y en cierto sentido contradictorio. Los hombres que quieren para el matrimonio la mujer inmaculada no cejan en su empeño de desvirgar a literalmente toda mujer que se les cruza en el camino. La mujer adopta ante el ataque y el acoso masculino una peligrosísima actitud de negación querente. Su fortaleza se quiebra ante la insistencia del macho, que se ve legitimado a llegar a la violencia y a la agresión ante ese «no que es un sí».
Manuel Jesús González Manrique y Martín Gómez-Ullate García de León. Ensayos sobre cine, historia y antropología. México y España (vol 1). Universidad Autónoma del Estado Hidalgo.
El caso es que la revolución sexual se había iniciado antes de la Transición. El auge del turismo en los sesenta creó el mito de las suecas en España. Las suecas supusieron una competencia para la mujer tradicional del franquismo, que provocó la hipersexualización de los personajes masculinos. Los personajes masculinos de esta época del destape era unos donjuanes feos. Hombres de físicos corrientes que muestran tratan de conciliar su represión sexual con las nuevas libertades, siempre en forma de enredos y con final feliz (la vuelta al matrimonio tradicional).
El mito de las suecas y el macho ibérico.
Estos hombres, sexualmente insatisfechos y reprimidos por la moral tradicional, buscan aventuras sexuales. En cuanto encuentran a una amante, mantiene relaciones con ella en un apartamento exclusivo para ello. Sin embargo, la querida reproduce el mismo papel que la esposa, y el desinterés que produce, sumado a los remordimientos y el cansancio, provoca el regreso al matrimonio original, más fuerte que antes.
Los arquetipos masculinos deberán mostrar su virilidad y de ahí su infidelidad, pero no aceptarán un comportamiento similar de sus esposas, quienes harán lo que sea por mantener el matrimonio; perdonar un adulterio, tolerar los celos de su marido, hacerse pasar por la amante de su marido, este engaño se repite en numerosas comedias de la época.
Natalia Ardanaz Yunta, Cine de destape: un análisis histórico desde la perspectiva de género (2018). Tesis doctoral. Universitat de Barcelona.
El tema de hombres enredados en affaires extramatrimoniales era el más usado. Permitía las escenas cómicas y tratar temas de capital importancia en la moral franquista. Además, han dejado un documento sobre la doble moral del franquismo, pues se toleraba el adulterio masculino, pero no el femenino, que era penado con hasta seis años de prisión.
NUEVOS ARQUETIPOS Y SEXUALIDADES DURANTE EL BOOM DEL DESTAPE
A partir de la muerte de Franco, el Destape despega hasta quedar consolidado entre los años 77 y 79. Este cine del Destape fue una adaptación natural a los nuevos tiempos. Vio como la libertad sexual de la mujer aumentaba, a tiempo que los hombres perdían la virilidad característica del cine anterior.
Desde el boom del Destape, que se mantuvo a principios de los 80 en lo que se conoce como cine S (erótico), los arquetipos femeninos y masculinos cambiaron en gran manera. Por ejemplo, el cuerpo masculino de este cine se erotiza. El placer no sólo pertenecía ya a los hombres heterosexuales.
Actores como Tony Fuentes, Jorge Rivero y Pedro Mari Sánchez ofrecen arquetipos masculinos diametralmente opuestos a los que pueblan el cine popular del landismo y ozorismo. Estos actores representan una masculinidad en las antípodas del macho celtibérico del landismo; a través de sus fornidos y esculturales cuerpos revelan la diversidad de la masculinidad, su vulnerabilidad y sus orientaciones sexuales heterodoxas. Unos cuerpos que se vuelven más vulnerables cuanto más placer
experimentan y de manera libre experimentan las mujeres.
Natalia Ardanaz Yunta, Cine de destape: un análisis histórico desde la perspectiva de género (2018). Tesis doctoral. Universitat de Barcelona.
Me siento extraña (1977).
El caso femenino es el más curioso. Si bien este cine erótico pudiera ser considerado como misógino, la mujer encuentra una empoderación sexual. Las mujeres dejan la pasividad y pasan a una actitud activa ante el sexo. De hecho, nuevas sexualidades comienzan a aparecer en la pantalla. Este es el caso de la película Me siento extraña(1977), en la que presenciamos una relación lésbica entre Rocío Dúrcal y Bárbara Rey. Esto fue todo un acontecimiento. Una «niña buena» como Rocío Dúrcal, en la misma pantalla que una de las reinas del Destape.
De hecho, el tema de la virginidad que vimos anteriormente pierde fuerza. Esto lo podemos ver en películas de la década de los 80 como en Deprisa, deprisa(1981) de Carlos Saura. La película está protagonizada por tres chicos y una joven, la cual al confesar que es virgen causa la sorpresa del resto de chicos. Ahora la virginidad está fuera de lugar.
El cine español conlleva discrimina a la homosexualidad de hombres y mujeres. El cine se llena de este tipo de relaciones para después condenarlas. Los tres miedos de los hombres tradicionales de esta época eran la homosexualidad, el engaño de sus mujeres, y el Sida.
Las relaciones lesbianas son las que más sufren de este cine. Si bien es verdad que se les da visibilidad, solo es para atacarlas y para excitar a hombres heterosexuales.
Socialmente, el lesbianismo ha sufrido una doble discriminación de género y sexual. A ojos del espectador heterosexual masculino, una lesbiana, como mujer, también debe estar disponible para satisfacer su deseo sexual. Por eso, este cine representa a las lesbianas como bisexuales que, finalmente, por su debilidad, necesitan de un hombre protector o serán duramente castigadas.
El espectador disfruta de manera voyeurística del lesbianismo, pero al final la lesbiana es reconducida al paradigma heterosexual.
La virilidad del hombre queda en entredicho ante la homosexualidad femenina y el miedo a su exclusión lleva a una manifestación muy violenta. Salvo algunas excepciones, casos minoritarios en los que las mujeres eligen a otras mujeres en vez de regresar al orden heteronormativo, la cinematografía española induce a la lesbofobia. Tanto el cine como la literatura han construido con el paso de los años una imagen del lesbianismo que, lejos de servir de referente para las mujeres lesbianas, se ha convertido en un lugar común del imaginario erótico heterosexual masculino.
Natalia Ardanaz Yunta, Cine de destape: un análisis histórico desde la perspectiva de género (2018). Tesis doctoral. Universitat de Barcelona.
Algo que no sucede con los homosexuales hombres, quienes no pueden acercarse a los niños ni a los hombres. Digamos que el cine de la época obviaba la posibilidad de hombres bisexuales, mientras la daba por hecho en las mujeres.
PELÍCULAS DEL CINE DE DESTAPE
Fueron muchas las películas de Destape que llegaron a las pantallas españolas durante la transición. Sin embargo, muy pocas son recordadas a día de hoy, y mucho menos sus títulos. Estos son algunos de ellos. Y no, no he modificado el título para hacerlo más cómico. La gente podía ir al cine convencional y pedir una entrada para, por ejemplo, Bragas calientes (1983) o, Sueca bisexual necesita semental (1982).
El fontanero, su mujer… y otras cosas de meter (1981).
La trastienda (1975) de Jorge Grau.
La otra alcoba (1976) de Eloy de la Iglesia.
Los placeres ocultos (1977) de Eloy de la Iglesia.
Me siento extraña (1977) de Enrique Martí Maqueda.
Cambio de sexo (1977) de Vicente Aranda.
Asignatura pendiente (1977) de José Luis Garci.
Bilbao (1978) de Bigas Luna.
Carta de amor de una monja (1978) de Jorge Grau.
Escalofrío (1978) de Carlos Puerto.
El huerto del francés (1978) de Paul Naschy.
Los violadores del amanecer (1978) de Ignacio Iquino.
Los bingueros (1979) de Mariano Ozores.
Navajeros (1980) de Eloy de la Iglesia.
Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (1980) de Pedro Almodóvar.
La muchacha de las bragas de oro (1980) de Vicente Aranda.
El fontanero, su mujer y otras cosas de meter (1981) de Carlos Aured.
Colegas (1982) de Eloy de la Iglesia.
Adulterio nacional (1982) de Francisco Lara Polop.
Laberinto de pasiones (1982) de Pedro Almodóvar.
Gemidos de placer (1983) de Jesús Franco.
El pico (1983) Eloy de la Iglesia.
IMPORTANCIA DEL CINE DE DESTAPE
Los años desnudos (2008). Película sobre el cine de Destape.
La importancia del Destape va más allá de la conquista de libertades en el ámbito cinematográfico. El estudio del cine de destape permite establecer un diálogo con las películas de la época, con el que sacar conclusiones acerca del mismo y de la época. Estudar este cine donde se acentúa el desnudo, permite analizar la sociedad y los discursos políticos y culturales de la Transición.
Si bien, su baja calidad como producto cinematográfico ha influido en su escaso estudio, es en su cualidad como producto de consumo masivo donde radica el interés de su estudio.
La investigación del destape me ha llevado a concluir que se trata de un fenómeno que trasciende a su propia imagen. Bajo esa apariencia de superficialidad, de subproducto cultural grosero, descubrimos un entramado ideológico mucho más complejo. No se trata de un cine que destapa solo cuerpos desnudos, sino más bien que los destapa para tapar una maquinaria ideológica al servicio del régimen franquista.
Natalia Ardanaz Yunta, Cine de destape: un análisis histórico desde la perspectiva de género (2018). Tesis doctoral. Universitat de Barcelona.
El cine de Destape se convierte, cuarenta años después, en una herramienta para el estudio histórico de una España convulsa. No sólo la muestra de desnudos, sino los temas y el tratamiento de los roles sexuales y de otras formas de sexualidad permiten retratar la España de principios de los 80. Una década que rompió con lo anterior. Una década en la que sobresalieron directores, músicos, y actores que son referencia a día de hoy.
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