LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA ESPAÑOLA EN EL CINE

GUERRA DE LA INDEPENDENCIA ESPAÑOLA Y CORTES DE CÁDIZ

 

 

Guerra de la independencia española cine
La defensa del parque de Monteleón durante el Levantamiento del 2 de mayo en Madrid. De Joaquín Sorolla

 

 

La Guerra de la Independencia Española da el pistoletazo de inicio a historia contemporánea de España. La ocupación francesa y la salida de la monarquía borbónica provocó el levantamiento de los españoles en mayo de 1808. Las clases medias y populares se hicieron un hueco en la escena política. Conceptos como liberalismo, nación, patria, etc. calaron en una generación que vio nacer la primera constitución española en 1812.

 

 

En esta entrada estudiaremos antecedentes de la Guerra de la Independencia Española, los levantamientos del 2 y 3 de mayo en Madrid, las principales batallas, y el funcionamiento de las Cortes de Cádiz.

 

 

ANTECEDENTES DE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA ESPAÑOLA

 

 

El siglo XIX empezó en España con la monarquía en plena crisis. El reinado de Carlos IV de Borbón estaba más que desprestigiado, su sistema de gobierno se encontraba en plena crisis. El gran poder acumulado por el valido del  rey, Manuel Godoy, provocó una gran oposición entre los que deseaban una regeneración en la gobernanza del país.

 

 

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Familia de Carlos IV.

 

 

Godoy se hacía enemigos al tiempo que, en Francia, Napoleón Bonaparte se hacía con más y más poder. Ya en 1798, el valido se enemistó con la iglesia católica al ordenar una desamortización que paliase la crisis financiera provocada por numerosas guerras anteriores y un sistema fiscal ineficaz.

 

 

Además, Godoy siguió una política exterior basada en la subordinación española a la Francia Napoleónica. En 1805 esta subordinación se ejemplificó en la Batalla de Trafalgar, en las aguas de la provincia de Cádiz, en la que Francia arrastró a España a un combate que acabó con gran parte de la flota española destrozada y la moral por los suelos.

 

 

Al desastre bélico le siguió el Tratado de Fontaineblau, por el que España permitió a la entrada de tropas francesas al país para ocupar Portugal. Bonaparte, ante la negativa de los lusos a acatar el bloqueo continental a Inglaterra, decidió invadirla con ayuda de España, su perro faldero.

 

 

Esta política llevó a radicalizar aún más a la oposición, y a que esta creciera en diferentes bandos: liberales y conservadores, todos ellos en contra de Godoy. Un grupo aristocrático, llamado «partido antigoyodista», dirigió una conspiración para poner en el trono al hijo del rey Carlos, el futuro Fernando VII. La conspiración fue descubierta y se llevó a cabo el proceso de El Escorial en 1807, donde se supo que el propio Fernando estaba implicado en ella. Si bien no triunfó, mostró las miserias de la monarquía española.

 

 

Poco después, entre el 17 y 19 de marzo de 1808, tuvo lugar el motín de Aranjuez, por el que Godoy fue desterrado a Francia, y Carlos IV abdicó en su hijo Fernando. El levantamiento, aunque de carácter popular, fue urdido por la alta nobleza favorable a Fernando. La debilidad de la corona española mostrada hizo que Napoleón se decidiera a invadir España.

 

Motín de Aranjuez (1808).

 

 

En la primavera de 1808, Napoleón intervino en los asuntos internos españoles. Citó en Bayona, al sur de Francia, a Carlos, el antiguo rey, Fernando VII y a Godoy. Estos llegaron a finales de abril, mientras que otros miembros de la corte deberían salir el día 2 de mayo

 

 

 

LEVANTAMIENTO DEL 2 DE MAYO DE 1808

 

 

Ese mismo día, el 2 de mayo, el pueblo de la capital, al ver como los últimos representantes de la monarquía española se marchaban del palacio real, se levantó contra las tropas francesas que se encontraban en la ciudad. Estas tropas se encontraban al mando de Joachim Murat, general francés que dio la siguiente proclama a sus soldados:

 

 

Orden del día:


Soldados: mal aconsejado el populacho de Madrid, se ha levantado y ha cometido asesinatos. Bien sé que los españoles que merecen el nombre de tales han lamentado tamaños desórdenes, y estoy muy distante de confundir con ellos a unos miserables que sólo respiran robos y delitos. Pero la sangre francesa vertida clama venganza. Por tanto, mando lo siguiente:


Art. 2. Serán arcabuceados todos cuantos durante la rebelión han sido presos con armas.


Art. 3. La Junta de Gobierno va a mandar desarmar a los vecinos de Madrid. Todos los moradores de la corte que pasado el tiempo prescrito para la ejecución de esta resolución anden con armas, o las conserven en su casa sin licencia especial, serán arcabuceados.


Art. 4. Todo corrillo que pase de ocho personas, se reputará reunión de sediciosos y se disipará a fusilazos.


Art. 5. Toda villa o aldea donde sea asesinado un francés será incendiada.


Art. 6. Los amos responderán de sus criados, los empresarios de fábricas de sus oficiales, los padres de sus hijos y los prelados de conventos de sus religiosos.


Art. 7. Los autores de libelos impresos o manuscritos que provoquen a la sedición, los que los distribuyeren o vendieren, se reputarán agentes de la Inglaterra, y como tales serán pasados por las armas.

Dado en nuestro cuartel general de Madrid, a 2 de mayo de 1808.

 

 

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El dos de mayo de 1808
La carga de los mamelucos. Goya (1814).

 

 

La mayoría de los militares españoles obedecieron órdenes y se mantuvieron pasivos. Sólo los artilleros del cuartel de Monteleón se unieron a los ciudadanos. Entre ellos, se recordará para siempre a los capitanes Daoiz y Velarde, quienes resistieron hasta la muerte. Los franceses reprimieron con sangre el levantamiento. Pero Madrid sólo iba a ser una de tantas otras ciudades que se levantarían contra el invasor.

 


 

 

Para celebrar el segundo centenario de los levantamientos, Telemadrid y Nickel Odeon produjeron Sangre de mayo (2008) una adaptación libre de El 19 de Marzo y el 2 de Mayo, uno de los Episodios Nacionales de Pérez Galdós. Dirigida por José Luis Garci, la película nos muestra una historia de amor que se ve desafiada por la invasión francesa y el posterior conflicto con la población madrileña. Se puede encontrar íntegra en YouTube.

 

 

 


 

ABDICACIONES DE BAYONA

 

A los pocos días, entre el 5 y el 6 de mayo de 1808, tuvieron lugar las abdicaciones de Bayona. Por obligación de Napoleón, Fernando VII había renunciado al reinado de España, y abdicado en el propio Napoleón. Este cedió el título a su hermano José Bonaparte, que se convertiría en José I de España, desde junio de 1808, hasta diciembre de 18013. 

 

Abdicaciones de Bayona (1808).

 

 

La indignación en la población española creció aún más con las abdicaciones. El miedo a una invasión francesa había sido justificado. En numerosas ciudades se organizaron juntas para gobernarse y defenderse de las tropas y autoridades francesas.

 

 

El levantamiento popular pilló por sorpresa al ejército francés. Muchos de los sitios que sufrieron algunas ciudades mostraron una resistencia heroica ante los invasores. Una de estas resistencias fue protagonizada por Agustina Raimunda Saragossa i Domènech, más conocida como Agustina de Aragón. 

 

 

El 2 de julio de 1808, tras morir los artilleros que defendían con un cañón el baluarte del Portillo, Agustina de Aragón hizo fuego con una pieza de artillería contra los franceses que penetraban ya en la ciudad, contribuyendo a rechazar el ataque enemigo. Las tropas francesas hubieron de levantar el asedio el 15 de agosto.

Su ejemplo alentó el espíritu de lucha de los zaragozanos, por lo que el general José de Palafox, al conocer su acción, le concedió el grado de oficial del ejército. En el segundo sitio de Zaragoza, y tras dos meses de resistencia, la ciudad cayó en manos de los franceses (21 de febrero de 1809).

Agustina de Aragón fue capturada, pero consiguió escapar y siguió luchando al lado de su marido en Tortosa (Tarragona) y Vitoria. Años después, en 1814, el mismo Fernando VII quiso conocerla en persona, y al saber de la mala situación económica de la familia, le otorgó una pensión vitalicia de cien reales mensuales. En 1870 sus restos fueron trasladados a Zaragoza, donde es hornada como heroína y símbolo de la resistencia contra la ocupación francesa. Goya exaltó su figura en un grabado de su serie Desastres de la guerra.

Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004). Biografia de Agustina de Aragón

 

 

 


Una de las películas históricas más emblemáticas del cine propagandístico de la dictadura franquista tuvo a Agustina como protagonista. Juan de Orduña, que ya se había introducido en la historia española con Locura de amor (1948), dirigió Agustina de Aragón (1950) un drama biográfico sobre la defensa de Zaragoza, centrado en la figura de Agustina, con un reparto encabezado por Aurora Bautista y Fernando Rey.

 

 

 

 

De la defensa de Zaragoza también encontramos una obra que pertenece a los orígenes mismos del cine. Dirigida por Segundo de Chomón, Los héroes del sitio de Zaragoza (1903) nos muestra a figuras como la mencionada Agustina y otros como el Tío Jorge.

 

 

 

 

 


 

 

ESTATUTO DE BAYONA

 

 

Los franceses, con José Bonaparte a la cabeza (controlado por su hermano), intentaron llevar a cabo en España un sistema político parecido al francés, pero con peculiaridades.

 

 

El sistema cristalizó en el estatuto de Bayona, una carta otorgada redactada por ilustrados españoles que se convertía en la ley fundamental, como si de una constitución se tratase. El estatuto de Bayona seguía la tradición española. Comenzaba remarcando la religión católica, y concentraba todos los poderes en el rey, aunque existían órganos consultivos (Senado, Consejo de Estado y Cortes).

 

 

 

Lo novedoso respecto al modelo absolutista era la declaración de derechos que contenía y algunas reformas de carácter liberal, como lo fu el habeas corpus. Estos derechos hacen creer a muchos que se trata de la primera constitución del país, incluso en el propio estatuto se menciona tal condición. Pero se trata de una carta otorgada, pues es el rey quien otorga tales derechos sin que los súbditos tengan decisión en ella.

 

 

JOSÉ I / PEPE BOTELLA

 

 

Tras la creación del estatuto de Bayona llegó a Madrid el nuevo monarca, José Bonaparte. La subordinación a su hermano condicionó toda su política. No obstante, se trataba de un admirador del sistema de gobierno estadounidense, era inteligente y se rodeó de ilustrados para modernizar el país. Un plan que nunca pudo poner en marcha por su nula autonomía para gobernar y por el desarrollo de la Guerra de la Independencia.

 

 

La propaganda de la época y la especial habilidad de los españoles para poner motes han hecho que José I sea recordado como Pepe Botella. Al nuevo monarca se le culpó de vicios y defectos que no tenía, entre los que destacaron el de ser un ludópata y un alcohólico.

 

 

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Caricatura de José Bonaparte realizada en el siglo XIX. / Autor desconocido

 

 

Muchos conoceremos la caricatura que se conserva de “Pepe Botella”, mejor dicho: José Bonaparte, en la que aparece montado sobre un pepino y vestido con un traje “tejido” con naipes y vasos de vino. Ilustración que lo representaba como un ludópata y un borracho, lo que era la imagen general que el pueblo tenía del hermano del Emperador, su actual monarca.

(…) Como vemos autorizó la desgravación de los aguardientes y licores. Por supuesto esto, ante el pueblo soberano, fue motivo más que suficiente para bautizarlo como borracho. Y por mote: “Pepe Botella” (Botellas en inicio y a la posteridad Botella).

(…) Conviene recordar que José Bonaparte, Pepe Botella, entró en Madrid el 22 de Enero de 1809 y estos dos decretos los expidió en su primer mes de estancia en el palacio Real, no sería un ludópata ni un borracho, pero bien parece que tenía cierta prisa por favorecer las industrias de los naipes y la de las bebidas espirituosas.

Miguel Ángel Ferreiro (2021). «¿Por qué a José Bonaparte se le llamó Pepe Botella?». elretohistórico.com

 

 

Tras la Guerra de la Independencia volvió a Francia (junio 1813), y cuando su hermano Napoleón cayó en Waterloo se exilió en Estados Unidos. Moriría 30 años después de su partida de España, en 1844, en la bella ciudad de Florencia, Italia.

 

 

 

EL AVANCE DE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA

 

 

En el momento en que los ciudadanos de las principales ciudades españolas se levantaron contra las tropas francesas, aún no había franceses en Andalucía. Murat, estableció como prioridad para las tropas galas avanzar hacia al sur y rendir las ciudades andaluzas. De especial interés era tomar Cádiz. El puerto de la ciudad gaditana tenía la capacidad de recibir suficientes tropas inglesas como para impedir la invasión.

 

 

Murat encargó al general Pierre Dupont que reuniese hombres y se internara en Andalucía. Allí debería dar un gran escarmiento a alguna ciudad para que el resto de ciudades no mostrasen resistencia. El 7 de junio de 1808, Dupont y 20000 franceses entraron en la ciudad de Córdoba. A pesar de que los cordobeses no había mostrado una oposición considerable, Dupont ordenó el saqueo de la ciudad.


 

 

EL PILLAJE DE LOS FRANCESES

 

 

Los franceses no eran ni la mitad de civilizados de lo que querían hacerse ver.  Las tropas francesas fueron las responsables de un expolio y destrucción cultural a gran escala.  José I, con la excusa de salvar de la Guerra algunas obras de arte las envió a Francia.

 

 

En la ciudad andaluza de Granada, mi ciudad, los franceses profanaron y saquearon la tumba del Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba , uno de los mayores héroes militares de la historia española. Incluso intentaron hacer volar por los aires la Alhambra antes de retirarse de forma definitiva de la ciudad.

 

 

«La ciudad de Granada sufrió en sus carnes las consecuencias más dolorosas de la invasión francesa. Una parte de la estructura que conforma el complejo de la Alhambra quedó destruida. En su retirada forzosa, el mariscal francés Jean de Dieu Soult ordenó volar por los aires las fortificaciones de la Alhambra de Granada. Entre el mito y la realidad, las torres del recinto fueron explotando una tras otra hasta que, cerca ya de los palacios nazaríes, el cabo de Inválidos José García obstaculizó el hilo de pólvora con su propio cuerpo. Su hazaña evitó una pérdida histórica, no así las otras muchas que sufrió el patrimonio cultural español durante aquella guerra, donde incluso los aliados ingleses participaron del expolio.»

César Cervera (2015). «El soldado «inválido» que salvó la Alhambra de Granada de los explosivos franceses.» abc.es

 

 


 

 

PRIMERAS BATALLAS

 

 

Napoleón creía que la invasión de España sería sencilla y rápida. Sin embargo, el saqueo de Córdoba indignó a unos andaluces aún libres, y las juntas de las ciudades empezaron a reclutar soldados muy motivados. Unos 30000 hombres fueron reunidos para hacer frente a las tropas de Dupont, que se había retirado hacia Andújar a la espera de refuerzos.

 

 

Las escaramuzas a las que fueron sometidos los franceses les hizo pensar que lo mejor era retirarse a la localidad de Bailén (Jaén) y esperar los refuerzos de Murat que ya se encontraban en Sierra Morena. Sin embargo, allí se encontraron con las tropas españolas al mando del general Teodoro Reding, a parte de otras lideradas por el general Castaños que se aproximaban a la retaguardia francesa. La victoria española fue sonada y reconocida en toda europa.

 

 

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La Rendición de Bailén. José Casado del Alisal. Museo del Prado.

 

 

La última carga supuso la derrota sin paliativos. El propio DuPont cayó herido y decidió rendirse antes de que la escabechina que estaba sufriendo fuese a mayores. Castaños aceptó la sometimiento del francés, pero la batalla no había terminado. Antes de rendirse, puso un emisario a Vedel con las noticias de lo que había sucedido en Bailén para que volviese a la sierra. Tarde, Castaños envió a Santa Elena una compañía a buscar a Vedel para que se rindiese junto a su general. La derrota fue muy humillante. Cerca de 18.000 franceses, los mismos que habían saqueado Córdoba, los mismos que se habían paseado triunfantes por Austerlitz fueron hechos prisioneros por un puñado de españoles reclutados a toda prisa por los pueblos de Andalucía.

 

Aunque los ánimos estaban calientes, Castaños prefirió ser magnánimo. Ordenó el traslado de los cautivos hasta Rota para que fuesen embarcados hacia Francia. Lo mismo sucedió con Dupont, que al llegar a París cayó en desgracia y fue cruelmente degradado por el emperador, que lo envió preso a un castillo perdido en los Alpes. En España y en el resto del continente la inesperada victoria de Bailén se recibió con alborozo. Los españoles, herederos lejanos de aquellos tercios inasequibles al desaliento, acababan de demostrar que ni Napoleón era invencible, ni Europa tenía porque ser de su propiedad.

Fernando Díaz Villanueva (2013). Para habernos matado Grandes batallas de la Historia de España  Segunda Parte. De Lepanto a Krasni Bor. Autopublicado en Kindle.

 

 


 

Una de las primeras batallas de la Guerra de la Independencia fue el enfrentamiento del Bruch (Barcelona). Hubo dos batallas en las cercanías de la localidad barcelonense entre el 6 y el 14 de junio de 1808. De estas batallas surgió la leyenda  del tamborilero del Bruch.

 

 


Según la leyenda, un joven pastor hizo huir a las tropas napoleónicas tras hacer retumbar su tambor con el eco de las montañas. Una leyenda que tuvo su propia película, La leyenda del tambor (1982), remake de un film de 1947, El tambor de Bruch.

 

 

Una de las últimas producciones sobre la batalla del Bruch y la leyenda del tamborilero fue Bruc. El desafío (2010). Donde se narra la supuesta persecución del pequeño tamborilero por unos mercenarios pagados por los franceses.

 

 

 

 

 


La derrota en la batalla de Bailén hizo que Napoleón se tomase en serio la invasión de España. Envió un ejército de más de 150000 hombres y se puso él mismo al mando. El emperador francés llegó a Madrid el 2 de diciembre de 1808, y volvió a Francia en enero del año siguiente. Durante su corta estancia en España impuso medidas revolucionarias como el din de la Inquisición y el régimen señorial.

 

 

Unos meses antes, en agosto de 1808, desembarcó en Portugal un ejército ingles al mando del duque de Wellington para ayudar a los portugueses. Este ejército fue fundamental en el desarrollo de la guerra y la victoria sobre Francia. Sin embargo, la victoria gala en la batalla de Ocaña (Toledo) permitió avanzar a los franceses y ocupar la casi totalidad de España. Sólo quedo libre de la influencia francesa la ciudad de Cádiz y la zona este (Valencia y Alicante).

 

Sir Arthur Wellesley, duque de Wellington.

 

 

Entre 1810 y 1812 la invasión francesa durante la Guerra de la Independencia llegó a su cenit. Llegó a haber 360000 soldados franceses en España, y sólo quedaron libres durante toda la guerra la ciudad de Cádiz y Alicante.

 

 


 

Sobre esta etapa de avance francés destaca una superproducción americana, Orgullo y pasión (1957).  Stanley Kramer, el director de ¿Vencedores o vencidos? (El juicio de Nuremberg) (1961), dirigió a un elenco de categoría (Cary Grant, Frank Sinatra y Sophia Loren, entre otros) en la adaptación de la novela de C.S. Forester sobre la Guerra de la Independencia Española.

 

 

La película nos muestra la relación entre las tropas británicas y los guerrillas españolas. Se trata de una historia de aventuras que tiene lugar en 1810, en la que los personajes intentan que un cañón de gran calibre llegue a manos francesas.

 

 

 

 

 


 

CAMBIO EN EL CURSO DE LA GUERRA 

 

 

Como hemos dicho, Francia ocupó casi la totalidad del territorio español. Sin embargo, el imperio napoleónico había querido crecer más de lo que era capaz.

 

 

1812 fue el año en que la suerte dio la espalda a Napoleón. La invasión de Rusia fue un desastre para Francia, de los más de 600000 hombres que marcharon sobre la Rusia zarista, sobrevivieron unos 58000. Además, para realizar la invasión sobre tierras rusas hubo de movilizar tropas que se encontraban en España, algo que aprovecharon las tropas inglesas, portuguesas y españolas a las que ya se encontraba al frente el duque de Wellington tras el sitio de Ciudad Rodrigo  y la batalla de los Arapiles (Salamanca, 1812).

 

 

La Guerra de la Independencia se decantaba del lado español. José I abandonó Madrid y trasladó el gobierno a Valencia. En junio de 1813 tuvo lugar la batalla de Vitoria. Este fue un combate de grandes dimensiones, tras el cual José I abandonó España. Dos meses más tarde, en agosto de 1813 tuvo lugar la última batalla de renombre de la Guerra de la Independencia, la batalla de San Marcial, en las cercanías de Irún (Guipúzcoa), tras la cual las tropas francesas y leales a José I abandonaron el territorio Español.

 

 

Batalla de Vitoria por Heath & Sutherland, A.S.K. Brown collection.

 

 

Con la salida de los franceses y las sucesivas derrotas en el resto de Europa, Napoleón reconoció a Fernando VII como rey de España con el Tratado de Valençay en septiembre de 1813. La paz se terminó firmando de forma definitiva en 1814, con el nuevo monarca francés Luis XVIII.

 

 

 

SITUACIÓN POLÍTICA ESPAÑOLA DURANTE LA GUERRA

 

 

PROCESO REVOLUCIONARIO

 

 

Además de la guerra en sí, España vivió una importante evolución política durante la ocupación francesa que conviene estudiar. A nivel político, España vivió un proceso revolucionario que estuvo condicionado a los enfrentamientos entre los afrancesados y los patriotas liberales y absolutistas.

 

 

Este proceso revolucionario tuvo tres centros de acción durante la Guerra de la Independencia: las juntas, la guerrilla y las cortes de Cádiz.

 

 

  • Las juntas. Debido al vacío de poder que produjo la invasión francesa en numerosas localidades, se formaron juntas locales que crecieron hasta una Junta Suprema Central en septiembre de 1808. Estas juntas estaban formadas por miembros de la autoridad anterior, es decir, clérigos y nobles. No obstante, también había figuras que habían mostrado un gran valor o una gran oposición ante los franceses: militares, intelectuales, abogados, etc.

 

 

La Junta Suprema Central fue creada, por vez primera, en Aranjuez, en septiembre de 1808. Ejercía los poderes legislativos y ejecutivos de las zonas no controladas por los franceses. A principios de 1810, debido al avance francés y a las facilidades para la llegada de nuevos miembros desde el mar, la Junta Suprema Central se trasladó a la actual San Fernando (Isla de León), en la provincia de Cádiz.

 

 

En ese mismo año, 1810, la Junta Suprema Central pasó a denominarse Consejo de Regencia de España e Indias. Esta regencia convocó las Cortes que redactarían la Constitución de 1812 en Cádiz. 

 

 

  • La guerrilla. Se trataba de un instrumento de lucha contra el invasor llevada a cabo por el pueblo ajeno al ejército. Este tipo de resistencia llegó a tener, en los momentos de máxima ocupación, más de 55000 hombres, y estaban reguladas por la Junta Central. Las guerrillas estaban formadas, en su mayor parte, por campesinos, y algunas de ellas terminaron convirtiéndose en grupos de bandoleros.

 

 

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Alfredo Roque Gameiro (1907): Acuarela de guerrillas atacando a columna de tropas francesas.

 

 

  • Cortes generales. El proceso revolucionario tomó forma jurídica cuando la Junta Central, ya Regencia, convocó Cortes. Los miembros de la Regencia partidarios de las reformas políticas y sociales consiguieron que la elección de los miembros de las Cortes fuese por sufragio universal masculino indirecto, y que la representación en las mismas no fuese por estamentos (algo propio del Antiguo Régimen).

 

 

 


 

El romanticismo y las leyendas sobre las guerrillas y los bandoleros ha conseguido que estas tengan su reflejo en la pequeña y gran pantalla. En 1972 se estrena en las salas La guerrilla, que adaptaba la novela homónima de Azorín. La película narra las luchas de la guerrilla española contra las tropas napoleónicas en la Sierra de Madrid durante los primeros meses de la invasión. No podía faltar en ella un triángulo amoroso entre el líder de la guerrilla, una joven española, y un oficial francés del que ella se enamora.

 

 

La representación de la guerrilla y los bandoleros durante la Guerra de la Independencia ha tenido más éxito en televisión que en cine. Entre 1976 y 1979, Televisión Española produjo Curro Jiménez, una de las series más populares de televisión en España. Curro Jiménez narraba las aventuras de un bandolero andaluz de buen corazón que actuaba en la Serranía de Ronda (Málaga). La serie lo tenía todo: amor, humor, aventuras y guerra. De hecho, fue tan popular que se llegó a hacer una película de la serie Avisa a Curro Jiménez (1978). 

 

 

 

 

A principios del siglo XXI, Canal Sur (Andalucía) emitió una serie de dibujos animados sobre los bandoleros del siglo XIX que es ya todo un mito de la televisión andaluza: Bandolero (2000). Esta serie mostraba las aventuras de un grupo de bandoleros que luchaban contra las injusticias y la tiranía.

 

 


 

PATRIOTAS Y AFRANCESADOS

 

 

No todos los españoles veían con malos ojos el gobierno francés. La población abrazó dos aptitudes según su afinidad política: Patriotas y afrancesados.

 

 

  • Los patriotas, como su nombre indica, estaban en contra de José I y su gobierno. Defendían la monarquía anterior, la dinastía borbónica. Sin embargo, entre los propios patriotas surgieron dos posiciones: liberales y absolutistas. Mientras que los absolutistas aspiraban a mantener el viejo orden sin reformas algunas, los liberales aspiraban a reformar la monarquía.

 

 

  • Los afrancesados veían de forma neutro o positiva al nuevo rey, José I. Algunos colaboraron con el gobierno francés, como los que redactaron el estatuto de Bayona. Otros se mantuvieron simplemente no se opusieron para no perder su posición o tener problemas con las autoridades francesas.

 

 

 

CORTES DE CÁDIZ

 

 

Las Cortes convocadas por la Regencia se reunieron por primera vez en San Fernando el 24 de septiembre de 1810. La elección de los miembros de la misma, los diputados, fue complicada por la ocupación y la necesidad de la presencia de diputados de América y Filipinas.

 

 

Juramento de las Cortes de Cádiz en la Iglesia mayor parroquial de San Fernando, obra de José Casado del Alisal.

 

 

La composición social de los diputados era bastante heterogénea. Si bien había diputados que pertenecían al clero y a la nobleza, también hubo representantes de las clases medias urbanas, mercaderes, funcionarios, militares, escritores, etc. Por lo tanto, es normal que hubiese diferentes posiciones políticas: absolutistas, liberales y miembros que se posicionaban en una situación intermedia.

 

 

Los liberales fueron mayoría, en parte porque no pudieron acudir muchos de los representantes elegidos y fueron sustituidos por otros que se encontraban en San Fernando y  Cádiz, que por entonces era una ciudad muy dinámica y avanzada. La capital gaditana tuvo una vida social muy activa en el momento en que era sitiada, y vio como los diputados se posicionaban en dos bandos: absolutista y liberal.

 

 

 

PRIMERAS REFORMAS LEGISLATIVAS

 

 

La actividad legislativa de las Cortes fue intensa desde su primer día. El mismo 24 de septiembre emitieron el primer decreto donde se establecía la soberanía nacional representada en las Cortes. El rey dejaba de ser el soberano.

 

 

En otra de las sesiones se puso fin a la sociedad estamental, por lo que se establecía la igualdad ante la ley. Una igualdad que también lo era entre españoles y americanos, pues los movimientos independentistas estaban tomando mucha fuerza en las colonias americanas. Otras reformas importantes fueron la libertad de imprenta, más libertad en el comercio y la industria, la prohibición de la tortura, entre otras.

 

 

 

LA CONSTITUCIÓN DE 1812

 

 

La labor más recordada de las Cortes de Cádiz fue la Constitución del 19 de marzo de 1812, conocida como «La Pepa».  Si bien intentó aunar las tradiciones españolas con el espíritu revolucionario, como el estatuto de Bayona, fue bastante liberal y progresista para la época. De hecho, se convirtió en un modelo para otras revoluciones y constituciones liberales.

 

 

La Constitución de 1812 era un texto enorme. Tenía 384 artículos, mientras que la actual, la española de 1978 tiene 169 más un preámbulo. Algunos de los principios de esta primera constitución española eran la soberanía nacional, el reconocimiento de derechos y libertadaes individuales, una división de poderes (el ejecutivo quedaba en manos del rey, el legislativo en las Cortes y el judicial en los jueces). También establecía la libertad económica con la eliminación de los gremios, y otros aspectos menos liberales pero que sí lo eran para la españa de la época como el sufragio universal condicionado por las rentas. La religión seguía intocable, la católica era la única en toda la nación, a pesar de que las Cortes de Cádiz ya decretaron algunas desamortizaciones de bienes eclesiásticos.

 

 

 

 

A pesar de las ilusiones que produjo la carta magna, esta apenas estuvo vigente. Este corto plazo de vida se debió a la restauración del absolutismo en 1814 por parte de Fernando VII y los diputados absolutistas. Se volvió a instaurar durante tres años en el conocido como Trienio liberal tras el pronunciamiento de Riego.

 

 


Hasta aquí la entrada sobre la Guerra de la Independencia Española y las Cortes de Cádiz. Si deseáis conocer más de historia española y su representación cinematográfica podéis visitar las entradas sobre la Segunda República y la Transición

 

 

Ángel Cuesta Bascón

Junio de 2021

 

 

BIBLIOGRAFÍA

 

 

 

  • Teresa Grence (directoria de proyecto). Diversos autores. «Historia de España 2 Bachillerato». Santillana.

 

  • Fernando Díaz Villanueva (2013). Para habernos matado. Segunda parte, de Lepanto a Krasni Bor. Edición Kindle.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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