La mujer en el franquismo: Calle Mayor y La tía Tula.
La mujer en el franquismo: Calle Mayor y La tía Tula.
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«Vivimos solas, te he dicho. Las mujeres vivimos siempre solas. El pobre tío es un santo, pero un santo de libro, y aunque cura, al fin y al cabo hombre».
«La tía Tula» (Miguel de Unamuno).
El cine, como cualquier otro arte, tiene la capacidad de plasmar la realidad de su época, con un realismo que sólo este nos puede dar.
La mostrará mejor o peor, según la intención y calidad de su producción, pero el contexto en el que se realiza siempre acaba colándose frente a la cámara.
Ya sea escondido en diálogos, en planos largos o en miradas sin palabras, la situación social se acaba plasmando en la pantalla.
La situación de las mujeres españolas se ha mostrado, con mayor o menor acierto, en el cine español a lo largo de las décadas, en un gran número de películas que han tenido a las mujeres como protagonistas.

Podríamos hacer una radiografía completa de la figura de la mujer en el cine español, si tenemos en cuenta toda la filmografía española y su patrimonio audiovisual, a lo largo de más de 90 décadas de cine en nuestro país.
Nos encontraríamos ante un rico paisaje en el que encontraríamos diferentes situaciones, para diferentes mujeres: desde las películas de la República, con unas mujeres que gozaban de más libertad, que las de la etapa franquista, hasta llegar a la situación actual en la que encontramos diferentes visiones, como las mujeres de «Solas» (1999), película de Benito Zambrano, o las mujeres fiesteras y sin complejos de «Ahora o nunca» (2015).
Esto lo dejaríamos para una futura entrada en el blog, pues en esta nos centraremos en dos películas que nos darán una imagen de la mujer entre los años 50 y 60, en plena dictadura franquista.
La primera de ellas, Calle Mayor (1956), adapta, de forma libre, la obra teatral de Carlos Arniches , La señorita de Trevélez.
La segunda, La tía Tula (1964), también está basada en una obra precedente, esta vez en la novela homónima de Miguel de Unamuno.

Todos tenemos alguna madre o abuela que viviera durante esa época. Es por ello que muchos de vosotros pensaréis que no son retratos fieles de las mujeres, mientras que otros pensaréis justo lo contrario.
Mi opinión, tras escuchar una y mil tardes a mis abuelas, es que sí son retratos fieles, al menos de una parte de las mujeres españolas durante el franquismo.
CALLE MAYOR (1956)
Calle Mayor es la película más popular de J.A. Bardem, junto a Muerte de un ciclista. En ella adapta la obra La señorita de Trevélez, de Carlos Arniches. Es una adaptación libre, pues hay cambios importantes:
La película nos cuenta cómo un grupo de hombres engañan a una solterona , haciéndole creer que uno de ellos está enamorado de ella. En la obra de Arniches, el hombre que presuntamente está enamorado de la mujer no sabe que está siendo cómplice de una obra de mal gusto.
Bardem hace desaparecer los elementos cómicos, por lo que al final tenemos un drama en mayúsculas, que sabe transmitir cómo era la vida en el contexto en el que se sitúa y es realizada.
Bardem venía de haber tenido un gran éxito con su película Muerte de un ciclista, por lo que no le fue difícil sacar adelante su próximo proyecto.
Hay que tener en cuenta que era un militante clandestino del Partido Comunista Español, lo que le influyó mucho en su idea de cine.
En sus propias palabras: «todo el cine que he hecho como autor o como trabajador de cine ha ido unido de forma solidaria con mi trabajo en el partido y con mi lucha política dentro de él»,

En ese momento, Bardem era la máxima figura del cine español, y dentro de él estaba situado en un grupo que se ha denominado «cine de la disidencia», formado por directores con intenciones renovadoras y opuestos a los partidarios de las tradicionales películas históricas con decorados de cartón piedra o musicales con artistas folclóricas.
En una entrevista Bardem afirmó que «el deber del cine realista es siempre el de mostrar en un lenguaje de luces, imágenes, sonidos, la auténtica realidad de nuestro mundo, de nuestro ambiente cotidiano, “aquí y ahora”, en el lugar donde vivimos hoy». Y fue en 1955 cuando, a instancias del Partido Comunista, se organizaron en Salamanca unos encuentros sobre cine que son conocidos como las Conversaciones de Salamanca.
Su organizador fue el también comunista Ricardo Muñoz Suay, quien consiguió que participasen en el evento sectores católicos y falangistas. presentó una ponencia titulada «Informe sobre la situación actual de nuestra cinematografía» en la que incluyó una lapidaria sentencia: «El cine español es políticamente ineficaz, socialmente falso, intelectualmente ínfimo, estéticamente nulo, industrialmente raquítico».
Dicho evento, junto a las lecturas políticas de Muerte de un ciclista que llegaban del extranjero hicieron que las autoridades franquistas se percatasen del mensaje de la película.
Como consecuencia, la censura decidió examinar con más atención sus posteriores trabajos.
Con estos condicionantes, por parte de la censura, llegaba Bardem a su próxima película. Por lo que optó por una obra con un contenido más social y menos pelítico.
Muchos lo llamarían «Realismo crítico» ,y no van mal encaminados, pues Calle Mayor es una fuerte crítica a las costumbres y tradiciones que se anteponen ala propia felicidad.
Una crítica a una sociedad que impide la realización de los deseos individuales.
Con el éxito de su anterior trabajo, Bardem recibe un fuerte reconocimiento fuera de España, consiguiendo que Calle Mayor fuese una coproducción entre España y Francia, y consiguiendo que una actriz internacional como Betsy Blair fuese la protagonista.

Betsy supo interpretar su papel a la perfección, mostrar el carácter de una mujer tímida y sus ilusiones, su evolución como persona y cómo la sociedad, con sus costumbres, se imponen ante su vida.
Es tan buena su capacidad para transmitirnos sus sentimientos, que nos hace pasar toda la película con el corazón en un puño, pues sabemos de la broma, del engaño del que está siendo víctima.
ARGUMENTO
La historia de Calle Mayor se sitúa en una ciudad de provincias, que según la voz en off impuesta por la censura, puede ser de cualquier país.
Seremos testigos de la broma que realizan un grupo de amigos a Isabel, el personaje interpretado por Betsy Blair.
Isabel es una mujer soltera, algo mayor para estarlo, que vive con su madre, la cual no para de repetirle que necesita un hombre.
Sin duda es el blanco perfecto para la broma que protagonizará Juan (José Suárez), un hombre que se ve empujado por sus amigos a hacer algo que no quiere y que ve cómo se le va de las manos.
La broma es simple: hacer creer a Isabel que Juan está interesado por ella.
Lo que empieza siendo una inocente conversación, evoluciona a una relación «seria», debido en parte a la presión de la sociedad. Más en una ciudad tan pequeña, donde todos se conocen.

Juan empieza a sentir el dolor del arrepentimiento al ver lo ilusionada que está Isabel. Incluso visitan un futuro piso con la madre de esta, que también comparte la alegría de su hija ante la inminente boda de esta.
Es aquí cuando Juan recibe la visita de Federico, el amigo que vemos al principio de la película y el único que tiene cabeza en el grupo de amigos.
Este intenta que Juan pare la broma e, incluso, será el encargado de confesarlo todo a Isabel, a quien espera en la estación de tren, para que ella pueda iniciar una nueva vida en otra ciudad, lejos de las habladurías de esa ciudad en la que imperan las costumbres y tradiciones.
LAS MUJERES DE CALLE MAYOR
A pesar de que el único papel femenino importante es el de Isabel, en la película se puede apreciar la vida tan anodina de las mujeres de la época.
Vemos a las mujeres paseando por la Calle Mayor, cogidas del brazo de otra mujer (es raro ver a una mujer sola), yendo a misa y encargándose de las tareas del hogar.
El único papel femenino fuera de lo común lo encontramos en Tonia (Dora Doll), de la que intuimos que es una prostituta; justo lo contrario a lo que se entendía por una mujer de bien.
Aunque parezca una mujer que tenga un acceso a la diversión de forma fácil, esconde una gran insatisfacción, esperando que un hombre se case con ella y la libere de esa degradante situación en la que vive.

Isabel es una mujer soltera de treinta y cinco años. Puesto que, conforme a las convenciones sociales imperantes, solo puede aspirar a casarse, lleva dieciocho años intentándolo. Para ello pasea por la Calle Mayor y acude a misa, únicas actividades que le están permitidas, pues ni siquiera el trabajo es aceptable para una señorita de su posición. Cuando Juan le declara su amor, ella se comporta igual que una adolescente, pues no deja de ser su primer novio.
El personaje se desvela poco a poco más allá del estereotipo de solterona en el que ha sido encasillado por la sociedad. El falso amor de Juan le permite mostrarse como una persona cariñosa, sensible, sincera y alegre; de extremadas dulzura e ingenuidad.
Se compone así el papel de una mujer que resulta víctima de una sociedad que la confina a una vida yerma. Su trágica imagen final tras el cristal de la ventana forma parte de cualquier antología del cine español.
Su ausencia de alternativa vital le impide huir de la ciudad como le aconseja Federico.
Ha sido educada para depender de un marido, no tiene estudios superiores, carece de medios para independizarse mediante el trabajo y ya no es lo bastante joven como para afrontar un radical cambio de vida.
(Wikipedia) (No la habría definido mejor)
LA TÍA TULA» (1964)
«La tía Tula» es la primera película de Miguel Picazo y la mejor de su carrera. Adapta la obra homónima de Unamuno, pero trasladada a su época, la España de los sesenta.
La novela fue escrita en 1907, pero no se publicó hasta 14 años después, en 1921.
Comparte con «San Manuel Bueno, mártir» el puesto de obra más popular del autor bilbaíno.
Si bien la obra original gira en torno al amor maternal, la película se centrará más en la relación de Tula con su cuñado, Ramiro, en lo que se conoce como sororato: la práctica por la que un hombre viudo se casa con la hermana de su mujer (su cuñada); justo lo contrario del levirato, donde es la mujer viuda quien se casa con el hermano de su marido.
ARGUMENTO

La película, protagonizada por una Aurora Bautista en estado de gracia, y un Carlos Estrada bien sólido, narra cómo, tras la muerte de su hermana, Tula acoge en su casa al viudo de esta (Ramiro) y los hijos de este, que son sus sobrinos.
Con el paso de los días, los niños van cogiendo más cariño a su tía Tula, quien lo da todo por el bienestar de estos, mientras que Ramiro pone sus ojos en su cuñada y le propone matrimonio.
Tula no quiere casarse con su cuñado, a pesar de la insistencia de este, quien parece intentar forzar a Tula.
Esta, para poner tierra de por medio en esa situación, se lleva a su cuñado y sobrinos al pueblo donde pasó su infancia y juventud (la naturaleza como elemento purificador).
Es allí donde empieza a congeniar más con su cuñado y a interesarse por el. Sin embargo, Ramiro deja embarazada en el pueblo a una joven (Juanita), tras forzarla y deberá casarse con ella para «limpiar su pecado».
El final es muy claro: Tula ve marchar a Ramiro y sus sobrinos en la estación de tren, quedándose sola, al igual que en el comienzo de la película, donde vemos a una Tula sentada, con la mirada perdida, trista y cansada en el funeral de su hermana.
RETRATOS DE LAS MUJERES EN LA TÍA TULA.
TULA- El personaje de Tula es una ama de casa por devoción, pues no tendría que realizar esas tareas si no quisiera.
A pesar de esto, es una mujer que goza cuidando de sus sobrinos, pues siente que es su deber y Tula es una mujer firme, que no por entregarse a los demás pierde su independencia y libertad.
Vemos a una Tula ambigua, que se debate por el deseo que empieza a surgir en ella, al final de la película, hacia su cuñado Ramiro.
Ella desea amar, pero tiene miedo a los hombres por su brutalidad. Esta brutalidad, muchas veces expuesta como un trato de inferioridad a las mujeres, es el motivo que Tula se niegue a casarse y permanezca soltera.
Por desgracia, ese sometimiento era la norma en las relaciones de pareja de la época.

Cuando acude al confesionario, después de que Ramiro intentase forzarla, ella recibe el golpe de la realidad en la que vivía cuando el cura le dice que es normal y que debería casarse con su cuñado.
Ella no está dispuesta a pasar por eso, por respeto a su hermana fallecida y, en sus propias palabras, «respeto de mí misma».
Juanita- Es, sin duda, el personaje femenino más maltratado de la película.
Cuando Ramiro la viola, su infancia muere, su inocencia desaparece y entra el juego el miedo, que se refleja cuando se esconde en su habitación para no tener que despedir a Ramiro y el resto.
Juanita se convierte en el objeto el que Ramiro vuelca su frustración. Se convierte en una mera muñeca, víctima de una brutalidad y sexualidad descontrolada.
CONCLUSIONES
Tanto Calle Mayor como La tía Tula han sabido mostrar la realidad de las mujeres de su época. La imagen de la mujer en el franquismo. Una ciudadana de segunda. La situación de las mujeres ha cambiado para bien, pero aún quedan muchos restos que conservamos de esa sociedad machista que fue España. Gracias a las películas podemos aprender de dónde partimos, para poder saber cuánto hemos mejorado y cuánto nos queda por mejorar.
Ángel Cuesta Bascón
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