La Madurez y la Zona de Confort
LA MADUREZ Y LA ZONA DE CONFORT
Índice
Los peores momentos de nuestra vida pueden ser de gran valor en nuestro desarrollo personal. De hecho, no paramos de escuchar que enfrentarse a cosas nuevas, cosas que nos den miedo, permite que crezcamos como personas. Nos hacemos más fuertes al salir de nuestra zona de confort. Eso es de lo que trata esta entrada. De cómo un chico de diez años, rico, vago y maleducado se enfrenta a una difícil aventura, donde aprenderá a estar bien por dentro.
ZONA DE CONFORT
La famosa zona de confort podría definirse como un estado mental, un constructo psicológico, que se construye a través de las acciones que realizamos en nuestra vida diaria. En esta zona de confort la persona se encuentra en un estado de ansiedad neutral donde no siente riesgo. Sólo abarca lo conocido y pasamos en ella la mayor parte del día, al ser donde más seguros nos sentimos.
El concepto proviene de un experimento realizado en 1908, con el que los psicólogos Robert M. Yerkes y John D. Dodson explicaron que un estado de comodidad generaba un nivel constante de rendimiento.
No obstante, el bienestar que siente la persona en su zona de confort no proviene de la satisfacción o el orgullo personal, sino de la ausencia de emociones negativas. Esto puede tener efectos negativos en la persona, tales como:
- No crecer como personas y no aumentar nuestra producción en el trabajo o aficiones, con la consecuente desmotivación que implica.
- Una misma rutina que trae miedo a enfrentarse a nuevas situaciones, incluso a las más inofensivas: ir a clases de baile, escribir, viajar…
- Soledad y aislamiento, que puede desencadenar depresión.
Siempre que evitamos riesgos o huímos de las cuestiones que más dudas nos generan, nos mantenemos en nuestra zona de confort. Esto tiene sentido en una sociedad donde no hubiese la seguridad de nuestros días pero, aunque el mundo sea más seguro que nunca, seguimos con las mismas emociones que hace miles de años. Lo que antes era miedo real a ser atacado por una serpiente, ahora lo es hacer el ridículo o, más común aún, el miedo a tener miedo.
Muchas personas se encuentran atrapadas en su zona de confort y ni siquiera lo saben. Somos nosotros mismo quienes construimos nuestra zona de confort y es ésta quien nos atrapa:
- No crecemos emocionalmente y no aumentamos nuestros conocimientos.
- No asumimos riesgos ni afrontamos las incertidumbres.
- Los días son iguales.
- Nos sentimos hastiados, aburridos y con un gran vacío; como si a la vida le faltase emoción.
Es seguro quedarse en la zona de confort, pero no llegaremos a ser lo que ansiamos ser si nos quedamos en ella. Nunca descubriremos nuestro potencial si no hacemos algo nuevo y no seremos capaces de afrontar los tiempos difíciles. Hay que atreverse a equivocarse y aceptar que lo que siempre hemos creído puede estar equivocado.
Esto mismo le sucede al protagonista de la película Capitanes intrépidos (1937), una de las mejores aventuras marinas que se han filmado, y una película tan sincera y conmovedora, que ha permanecido en la mente de varias generaciones.
CAPITANES INTRÉPIDOS
RUDYARD KIPLING
La película es una adaptación de la obra homónima que Rudyard Kipling (1965-1936) publicó en 1896. El escritor está considerado como el escritor del imperio, un título que él apreciaba. En sus obras más populares se reflejan los valores británicos en la época colonialista durante el reinado de Victoria I. No obstante, el escritor nació en India, conocida como la joya de la corona del imperio. Es allí donde sitúa dos de sus obras más conocidas: El libro de las tierras vírgenes y El hombre que pudo reinar, ambas con dos adaptaciones de éxito para la gran pantalla.
Kipling no viviría para saber del éxito de Capitanes Intrépidos, murió un año antes del estreno, pero, para entonces había ganado un Premio Nobel de literatura, y se había colado en el corazón de varias generaciones de británicos, los cuales veían en sus poemas una guía para sus vidas.
Si…
Si puedes mantener la cabeza en su sitio cuando todos a tu alrededor
la pierdan y te culpen a ti.
Si puedes seguir creyendo en ti mismo cuando todos dudan de ti,
pero también aceptas que tengan dudas.
Si puedes esperar y no cansarte de la espera;
o si, siendo engañado, no respondes con engaños,
o si, siendo odiado, no incurres en el odio.
Y aun así no te las das de bueno ni de sabio.Si puedes soñar sin que los sueños te dominen;
Si puedes pensar y no hacer de tus pensamientos tu único objetivo;
Si puedes encontrarte con el triunfo y el fracaso,
y tratar a esos dos impostores de la misma manera.
Si puedes soportar oír la verdad que has dicho,
tergiversada por villanos para engañar a los necios.
O ver cómo se destruye todo aquello por lo que has dado la vida,
y remangarte para reconstruirlo con herramientas desgastadas.Si puedes apilar todas tus ganancias
y arriesgarlas a una sola jugada;
y perder, y empezar de nuevo desde el principio
y nunca decir ni una palabra sobre tu pérdida.
Si puedes forzar tu corazón, y tus nervios y tendones,
a cumplir con tus objetivos mucho después de que estén agotados,
y así resistir cuando ya no te queda nada
salvo la Voluntad, que les dice: «¡Resistid!».Si puedes hablar a las masas y conservar tu virtud.
O caminar junto a reyes, sin menospreciar por ello a la gente común.
Si ni amigos ni enemigos pueden herirte.
Si todos pueden contar contigo, pero ninguno demasiado.
Si puedes llenar el implacable minuto,
con sesenta segundos de diligente labor
Tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,
y —lo que es más—: ¡serás un Hombre, hijo mío!Rudyard Kipling (1895)
Una vez entendida la importancia que tienen en sus obras la valentía y el esfuerzo es más fácil conectar con la película.
PELÍCULA
Harvey, un niño rico y malcriado, cree que todo se puede conseguir a base de sobornos o pidiéndole a su ausente padre que arregle las cosas por él. Ésta actitud le lleva a no tener amigos en la escuela y a no saber afrontar los problemas sin frustrarse. Durante un viaje de crucero con su padre, Harvey cae al océano y es recogido por Manuel, un pescador que faenaba por la zona con su barca. Éste le lleva a su barco, una goleta en la que Harvey tendrá que aprender a convivir con personas a las que despreciaba además de aprender el concepto de la responsabilidad y convertirse en alguien de provecho. Esto no sería posible sin la ayuda de Manuel, quien se convierte en su verdadera figura paterna y alguien a quien imitar.
Dirigida por Victor Fleming, el mismo director de El Mago de Oz y uno de los artífices de Lo que el viento se llevó (1939), contó con Spencer Tracy como Manuel y al joven Freddie Bartholomew como Harvey. Los dos personajes establecen una de las relaciones más sinceras en la historia del cine, tanto que algunas escenas llegan a conmover al espectador que ha visto como se ha cimentado la relación con lealtad y cariño.
SITUACIÓN INICIAL- ZONA DE CONFORT
La película comienza con escenas de la privilegiada pero solitaria vida de Harvey. Es un niño rico que se cree superior a todos sus criados y cree que puede comprar amigos. En la escuela su forma de ser y de entender la vida choca con el resto de alumnos que le desprecian. Antes de afrontar sus problemas, de forma directa,

prefiere acudir al despacho de su padre y mentirle; decirle que le han pegado y que un profesor ha aceptado uno de sus sobornos.
La zona de confort de Harvey es muy limitada y no le permite vivir sin frustrarse. En vez de enfrentarse a los problemas y aprender de sus errores quiere que sea su padre quien los arregle o, mejor dicho, el dinero.
Las mentiras de Harvey salen a la luz, pero su padre, en vez de regañarle decide llevárselo de viaje en uno de sus cruceros. Harvey apenas siente vergüenza por lo ocurrido y sigue actuando como si no tuviera ninguna responsabilidad con los de su entorno y con él mismo. Es en uno de estos cruceros que, tras enfrentarse con dos niños, decide esconderse, con la mala suerte de caer al agua del océano.
SALIDA DE LA ZONA DE CONFORT

Harvey es recogido por un pescador que le lleva con su barca a la goleta donde se encuentra el resto de la tripulación a la que pertenece. Cuando recobra la conciencia, Harvey se enfrentará a una situación nueva para él, donde el dinero de su padre no sirve de nada.
El choque con los pescadores es duro para él, pues éstos son personas que valoran el trabajo y el esfuerzo más que el dinero y las posesiones. Si Harvey quiere aguantar hasta que el barco regrese a tierra para buscar a su padre, deberá ganarse un puesto como tripulante, ya que, de no ser así, será visto entre el resto como un signo de mala suerte y será rechazado por estos.
Los primeros momentos no son nada fáciles para Harvey, a quien su ego le impide realizar el trabajo más simple , y para Manuel, quien quiere que el pequeño sea aceptado y aprenda a convivir con el resto. La relación entre ambos no promete nada en especial, sin embargo, la curiosidad del chico y la buena voluntad de los niños hace que tengan una primera conversación capaz de hacerle entender al joven que la vida no es como él cree, que hay gente que valora más el cariño y el esfuerzo que el dinero, y no por ello son peores.
Manuel: ¡Mi padre fue el mejor pescador de todas las islas de Madeira!
Harvey: Bueno, eso no es tanto.
Manuel: ¿Qué quieres decir con no tanto?
Harvey: Bueno, quiero decir que no hizo mucho por ti. Quiero decir, que no te dejó nada.
Manuel Fidello: ¿No se fue? ¡Él me dejó este instrumento que su abuelo lo dejó! Me enseñó a pescar, a navegar en barco! Me dio brazos, manos y pies, se sentía bien afuera y me enseñó a sentirse bien por dentro. Mi padre hace todo esto y tiene otros 17 hijos al lado, ¿qué más puede hacer un padre?
APRENDIZAJE
Una vez que el chico ha aceptado su nueva situación puede enfrentarse a ella con la actitud adecuada. Intenta aprender lo más rápido que puede todo lo relacionado con el barco y la pesca del bacalao, pero sólo le permiten realizar trabajos de limpieza en la cocina y en cubierta.
Harvey quiere demostrar al resto de la tripulación que es capaz de ser un pescador como cualquier otro, por lo que no duda en querer irse a pescar con Manuel en su barca. Éste, al principio, es reacio a la idea de pescar en pareja, pues no lo hace desde la muerte de padre en el océano, y menos si su acompañante es un niño. Lo único que consigue hacerle cambiar de idea es la puesta en entredicho del valor de Harvey por otro pescador, Jak el largo, con el que Manuel hace una apuesta para demostrar que el chico puede ser de utilidad en el océano.
Los primeros comienzos en la barca no son fáciles. Harvey no tiene la fuerza suficiente como para subir los peces que pican en su cebo y decide conocer un poco más a su compañero, a quien, poco a poco, respeta más. Le pregunta acerca de su padre, de cómo murió. Manuel sólo tiene palabras de admiración para su padre, el mejor pescador que ha conocido y quien muriera pescando en alta mar. Esta confesión está cargada de ternura y optimismo, pues si bien Harvey piensa que fue una tragedia, Manuel piensa que fue un regalo Dios, quien se llevó a su padre a un lugar mejor, donde hay la mejor pesca y nada malo te puede ocurrir.
Harvey nunca había escuchado hablar sobre la muerte de forma tan directa y optimista, por lo que apenas se da cuenta de que un pez ha picado en su cebo. Se trata de un rodaballo enorme que consigue sacar con todas sus fuerzas. La alegría estalla en la barca y se creen capaces de ganar la apuesta que el pescador con Jack el largo, a quien no le van nada bien las cosas, sobre todo al tener éste problemas con sus redes y clavarse unos anzuelos en el brazo.
Manuel cree que se trata de una especie de castigo por menospreciar al chico, pero éste le confiesa que fue él mismo quien enredó sus redes por la noche para ganar así la apuesta. En ese instante Manuel devuelve el rodaballo aún con vida al mar y prefiere regresar a la goleta, donde deja de dirigirle la palabra al chico y entrega su navaja de afeitar a Jack como castigo por perder la apuesta.
Los problemas de Harvey no terminan aquí, pues Jack le acusa de haber manipulado sus redes y, aunque Manuel le defienda con numerosas excusas, el propio Harvey entiende que debe afrontar su error y ser responsable de sus actos. Asume su error y se declara culpable de lo acontecido. De esta forma los pescadores entienden que no es un chiquillo malcriado más, que ha cambiado desde la primera vez que llegó al barco.
MADUREZ – AMPLIACIÓN DE LA ZONA DE CONFORT
El tiempo pasa y Harvey ha cogido la suficiente experiencia como para salir a pescar de forma diaria con Manuel. La tripulación llega a un gran caladero de bacalao donde se encuentran otras numerosas embarcaciones, entre ellas la de un capitán con el que tienen cierta rivalidad.
El capitán de Harvey y Manuel quiere demostrar que su embarcación es la mejor y apresura a que llenen el barco de pescado para poder ser los primeros en llegar a casa. Se empieza así una competición en silencio que evoluciona en una carrera, la cual pondrá al límite las prestaciones de las goletas.
En esta última parte de la película Harvey se comporta como un marino más y parece haber olvidado su antigua vida, en la que gozaba de todas las comodidades posibles. Es estar en la goleta lo que le hace feliz, pues lleva meses sin frustrarse y teniendo conversaciones con amigos de verdad. Lo que antes le parecía horrible ahora se ha convertido en su modo de vida, y le gusta mucho.
Mientras Manuel se imagina en qué gastará el dinero a su vuelta a casa, el chico le expresa sus deseos de ser pescador como él, es más, quiere quedarse con él como si fuese su padre. Esta escena es conmovedora. Sus rostros en primer plano muestran una sinceridad pocas veces vista en la pantalla, y sus palabras revelan un cariño forjado por las aventuras pasadas.
No obstante, la película pondría a prueba al chico una vez más. Esta vez tendría que hacer valor todo lo aprendido para superar lo que está por venir. Tras alcanzar al barco que seguían a toda velocidad y superarle después, la goleta ha sido forzada demasiado y uno de los mástiles de las velas se rompe, tirando a Manuel al agua.
El pescador sabe que es inútil intentar rescatarle, pues no siente nada de cadera para abajo y se ha quedado enganchado a algo que le tira hacia abajo. Antes de pedir que corten una de las cuerdas, que le mantienen difícilmente a flote, se despide de Harvey. Le dice al chico que no se preocupe por él, porque iba a reunirse con su padre. Quizá es lo que Manuel quiere que Harvey haga: reunirse con su padre y afrontar su antigua vida con todo lo que ha experimentado. Es decir, afrontar su vida con una zona de confort ampliada y sin tantos prejuicios.
LA NUEVA VIDA
Al chico se le hace muy difícil afrontar la muerte del que había sido como un padre para él. Una vez en tierra decide poner el candelabro que Manuel quería en la iglesia, tanto por el padre de éste como por él mismo. Esto le hace ver al padre de Harvey lo importante que ha sido Manuel para el chico. Harvey no es el mismo chico malcriado, ahora era un hombre que afrontaba como tal la pérdida de un amigo.
El padre de Harvey entiende lo mal que ha había criado a su hijo y lo poco que lo conocía. Decide que lo mejor es darle tiempo al chico, no presionarle, y estar ahí cuando esté preparado para retomar su antigua vida.
Ese momento llega tras despedirse por última vez de Manuel en un funeral realizado en el pueblo en honor a todos los pescadores que han perdido su vida en los últimos meses. Harvey y su padre se cogen de la mano y caminan hacia al coche que les llevará de vuelta a casa, donde aprenderán el uno del otro.
CONCLUSIONES
Cada uno es responsable de su propia zona de confort, y es responsabilidad de cada uno darse cuenta de ella, de la seguridad que obtiene en ella y los límites que le impone. En el momento que somos conscientes de esta zona podemos delimitarla e identificar nuestro miedos y barreras, además de reflexionar si la vale la pena tener esos miedos a cambio de la seguridad de la zona de confort.
Cuando afrontemos algún problema nuevo, alguna nueva situación, estamos ampliando la zona. La ansiedad e incertidumbre que sentimos ante las cosas nuevas nos acaba volviendo más resistentes y eficientes. Esto es fundamental en una sociedad moderna donde el cambio es constante y está llena de situaciones de incertidumbre que hay que aceptar y adaptarnos a ellas sin miedo a equivocarnos.
Ángel Cuesta Bascón
BIBLIOGRAFÍA
- Kabato, Iñaki. «Qué es la zona de confort» Psicodapta.es. Disponible en: https://www.psicoadapta.es/blog/que-es-la-zona-de-confort/
- «Qué es la zona de confort». Rincón de la psicología. Disponible en: https://www.rinconpsicologia.com/2017/08/que-es-la-zona-de-confort.html
- «Rudyard Kipling». Biografías y vidas. Disponible en: https://www.biografiasyvidas.com/biografia/k/kipling.htm
- «Si…(Kipling)». Wikipedia, la enciclopedia libre. Disponible en: https://es.wikipedia.org/wiki/Si…_(Kipling)
- Rodriguez Ferreras, Jesús (2009)»Sesión de palomitas (38): Capitanes intrépidos». Ucronía latente. Disponible en: http://ucronialatente.blogspot.com/2009/11/sesion-de-palomitas-38-capitanes.html
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