Bienvenidos a una nueva serie de entradas en el blog que voy a titular «Retratos de mujer».
Se trata de una serie de entradas en las que, a través de películas, sacaremos a la luz la representación de la mujer y sus relaciones con el mundo que le rodea, visto desde el ámbito audiovisual.
Para ello utilizaremos como herramienta películas u otros soportes audiovisuales, en los que las que las protagonistas sean mujeres.
Películas en las que se muestre cómo el mundo las trata y cómo ellas se tratan a sí mismas, sus aspiraciones, deseos, vidas, etc.
«Bar Bahar», una película protagonizada por mujeres que luchan por su independencia.
Sabiendo que el cine es un reflejo de la sociedad, podemos intuir el papel de la mujer en el séptimo arte a lo largo de la historia, sólo resultando chocante en las últimas décadas, donde las sociedades que más defienden su estatus de igualdad, consumen y crean obras donde la mujer pierde todo ápice de independencia, mirada personal y su figura gira en torno a la de personajes masculinos.
La primera película de esta serie la he escogido entre mis favoritas.
Se trata de «Orgullo y prejuicio» (2005), la versión dirigida por el británico Joe Wright («Expiación, más allá de la pasión» (2007) y «Anna Karenina» (2012)), que adapta la obra homónima de la escritora Jane Austen.
TEST DE BECHDEL
Índice
El test de Bechdel, también conocido como test de Bechdel/Wallace o the rule, es un método para evaluar si un guion de película, serie, cómic u otra representación artística cumple con los estándares mínimos para evitar la brecha de género.
Requisitos para pasar el test:
En la película aparecen al menos dos personajes femeninos.
Dichos personajes hablan una a la otra en algún momento.
Dicha conversación trata de algo distinto a un hombre (no limitado a relaciones románticas, por ejemplo dos hermanas hablando de su padre no pasa el test).
Una variante exige que, además, las dos mujeres sean personajes con nombre.
Existen otros test parecidos, como el llamado Principio de la Pitufina , que analiza las películas en las que únicamente hay un personaje femenino con un patrón de comportamiento muy definido, que choca con el comportamiento del personaje principal, que sería un hombre extremadamente masculino.
EL MUNDO DE JANE AUSTEN
El mundo de Orgullo y prejuicio es el mundo de Jane Austen, su escritora.
Jane nació en el pueblo inglés de Steventon a finales del siglo XVIII, más concretamente en 1975. Pero no fue hasta comienzos del siglo XIX que sus obras ganasen popularidad, ya que no empezó a publicar sus obras hasta que tuvo una edad madura. ( Orgullo y prejuicio fue publicada en 1813, pero escrita cuando la escritora rondaba los 20 años, entorno a 1796).
Sociedad y época de Jane Austen
Jane Austen vivió en la época de la regencia, que constituye un puente entre el período georgiano y el victoriano, aunque su obra literaria se caracteriza por describir con precisión la sociedad rural georgiana y no tanto los cambios que estaba sufriendo con la llegada de la modernidad. Este cambio se basa en dos factores externos fundamentales: por un lado, la revolución agraria, que constituye el comienzo de la revolución industrial, y de sus importantes repercusiones sociales. Y por el otro, el colonialismo, las Guerras Napoleónicas y la extensión del Imperio Británico.
El mundo rural. El ambiente en el que los personajes de Jane viven.
Con el advenimiento de la industrialización, el antiguo orden jerárquico que situaba en la cima a la nobleza y sus bienes heredados sufrió un proceso de cambio, al aparecer nuevas formas de adquirir riquezas. La revolución agraria había provocado un incremento en la población inglesa, que a su vez impulsó la economía al hacer crecer la demanda.
Por primera vez en la historia de Gran Bretaña, el incremento de la población podía ser sustentado, gracias a las innovaciones introducidas en las técnicas de cultivo. En consonancia, una clase social hasta entonces minoritaria comenzó a hacerse notar y a ganar en importancia: la alta burguesía agraria. La población inglesa inició un éxodo del campo a la ciudad, buscando empleo en la industrialización incipiente y por ello se precisaba un nuevo conjunto de valores, pues la vieja tradición ya no podía cubrirlos.
Para el comienzo de la era victoriana, la antigua jerarquía y lo que ella representaba habían quedado obsoletas. Por otro lado, las Guerras Napoleónicas (1804–1815) abrieron otro tipo de profesión mayoritaria en el ejército, que en los años siguientes continuó estando en alza dada la expansión del colonialismo; además, aparecieron héroes nacionales como el Duque de Wellington o Lord Nelson, lo que otorgaba cierto romanticismo a la profesión.
La era georgiana se caracterizó también por los cambios sociales en el aspecto político. Fue la época de las campañas para la abolición de la esclavitud, de la reforma de las prisiones o de las críticas a la minada justicia social.
Fue también la época en la que los intelectuales comenzaron a plantearse políticas de bienestar social, y se construyeron orfanatos, hospitales y escuelas dominicales.
Los personajes de sus novelas están ajenas a las guerras napoleónicas y la revolución industrial.
Hemos visto cómo la época en la que vivió Jane se enmarca justo antes del periodo victoriano.
Periodo en el que otra mujer (Victoria de Inglaterra) llevaría al Imperio Británico hasta las colonizaciones de la India y buena parte de África, así como a un periodo de desarrollo marcado por los avances en la industria y la ciencia.
Sin embargo, en la obra de Austen no vemos guerras napoleónicas, ni desarrollo industrial ni éxodo rural.
La escritora se centra en la vida cotidiana de la burguesía agraria a la que pertenecía.
Esta artistocracia rural, llamada «gentry», fue desapareciendo poco a poco.
Aquí radica la importancia de la obra de Jane Austen, en conseguir llegar a tantos, con relatos de la vida cotidiana. Es más, sus obras son reflejos de su propia vida.
Mr Collins, miembro del clero.
Su padre era un miembro de la iglesia de Inglaterra, por lo que en sus obras se pueden apreciar gran número de personajes masculinos que son reverendos de alguna iglesia en el campo.
En «Orgullo y prejuicio encontramos el personaje interpretado por Tom Hollander, Mr. Collins, un reverendo primo de las protagonistas.
Por su correspondencia sabemos que le encantaba bailar. Esto no pasa desapercibido en su obra, ya que está llena de bailes, que servía para que las mujeres y hombres pudieran intimar más y conocerse.
En «Orgullo y prejuicio» asistimos a un baile (más popular) nada más empezar la película, y a otro (más sotisficado) a mitad de esta.
Su padre poseía una extensa biblioteca, por lo que no es de extrañar la afición de Jane por la lectura.
Afición que impregna a muchos de sus personajes.
Sin duda el que más rápido viene a la mente es el de la protagonista, Elisabeth Bennet, quien concede a la lectura una importancia superior a la del mero pasatiempo.
Elizabeth y su afán por la lectura.
Sus obras siguen gozando de buena popularidad, a pesar de que en los últimos doscientos años el mundo ha cambiado.
A pesar del cambio en la sociedad, muy diferente a la de sus novelas, estas siguen llenando las estanterías de todo el mundo al contener temas más profundos de lo que a simple vista parecen.
A través de temas cotidianos y simples como la familia, es capaz de tocar otros más profundos y complicados que no dejan de ser universales.
EL AMOR EN LA OBRA DE JANE AUSTEN
Su obra es más conocida por mostrar historias de amor, enmarcadas en un entorno en la que la dialéctica entre sexos no es fácil.
Sin embargo, no cae en la exageración de sus contemporáneos románticos. Ella dejaba que los personajes se guiasen, en mayor o menor medida, por la razón o el corazón, en el entorno rural inglés. Siempre guiados por su situación social, económica y sus obligaciones.
Aunque parezca propio de sociedades atrasadas, la aspiración mayor de una mujer era casarse. Encontrar a un hombre que pudiera mantenerla, siendo el capital de este más importante que los sentimientos.
Pongámonos en el lugar de estas mujeres, sobre todo las de la clase social de Jane, que no estaba bien visto que trabajasen, pero que tampoco podían heredar, puesto que la herencia paterna pasaba al miembro varón más directo.
Esto es algo que podemos ver en obras como «Sentido y sensibilidad» y la presente «Orgullo y prejuicio».
Las protagonistas no tienen hermanos directos, por lo que la herencia, que debería ser suya, pasa a manos de algún primo o hermanastro.
Es por ello que sus novelas se centran en el momento del cortejo. Es decir, en el momento de elección de la pareja.
Al estar excluidas de aspectos tan importantes como el de la educación superior y el gobierno, la importancia de un buen matrimonio es vital para la vida de estas mujeres.
EL PAPEL EDUCATIVO DE SUS OBRAS
Las mujeres de la época eran instruidas para las labores del hogar.
«Me resulta increíble,» dijo Bingley, «cómo todas las jóvenes tienen tanta paciencia como para cultivar todos esos talentos.» (…) «Todas pintan, forran biombos y hacen bolsitas de malla. No habré conocido a una que no sepa hacer todo esto, y estoy seguro de que jamás me han hablado de una chica por primera vez sin referírseme lo talentosa que era.» (…) «Una mujer debe tener un amplio conocimiento de música, canto, dibujo, danza, y lenguas modernas para merecerse esa palabra (talentosa); y, aparte de todo esto, debe haber algo en su aire y en su manera de andar, en el tono de su voz, en su forma de relacionarse con la gente y en su expresión, de no ser así, no merecerá completamente la palabra.»
Jane Austen, Orgullo y Prejuicio
Este pasaje nos enseña cual era el tipo de educación que recibían las mujeres (por supuesto no las de clase baja). Era una educación cuya finalidad era la de cumplir con sus «deberes» como esposa y madre.
Nada más leer algunas de sus novelas podremos ver que la autora estaba en contra de esta educación basada en llamar la atención de un hombre y complacerle.
Sus protagonistas suelen ser mujeres que no se sienten cómodas con esta educación (los aspectos domésticos y la religión).
Elizabeth no se siente a gusto con la sociedad en la que vive y sus normas.
La autora supo hacer introducir en sus obras elementos didácticos. Contienen mensajes instructivos, sobre todo hacia mujeres, mediante la inclusión de escenas cotidianas en las que guarda la verosimilitud.
Ella misma reconocía en sus obras la característica de un «sermón dramático». El aspecto didáctico, por otra parte, es expresado de forma concisa, es decir, ocurre de forma accidental durante el transcurso de la obra y no se presenta ante el lector de una forma forzada, sino más bien natural. (Wikipedia)
LOS HOMBRES EN SUS NOVELAS
Los héroes románticos que abundaban en las novelas de esa época difieren bastante de los hombres que Jane dibuja.
Son héroes románticos en un sentido más emocional y sentimental.
Son personajes que se muestran con defectos y que deben pasar un aprendizaje para tener una experiencia amorosa plena.
Mr Darcy, el héroe de la novela junto a Elizabeth. Quien debe eliminar su orgullo y prejuicio para poder estar con la mujer que ama.
LA PROTAGONISTA
Las protagonistas, como en el caso de «Orgullo y prejuicio» son personas que deben superar obstáculos para integrarse en la sociedad de su entorno.
Sólo tras muchos disgustos e infortunios es cuando obtienen lo que buscan.
Con el paso del tiempo y las situaciones, se hacen más maduras más sabias.
Se introduce entonces una especie de justicia poética que premia a esta protagonista y castiga a la de carácter frívolo y superficial (como en el caso de Lydia, la hermana de Elizabeth).
Entorno a la protagonista hay una gran diversidad de personajes. No todos buenos, pues hay personajes que envidian la buena fortuna de la primera y actúan en contra de ella.
RETRATOS DE MUJER
Es un honor para mí hablar aquí de una de mis películas preferidas: «Orgullo y Prejuicio» (2005), la versión dirigida por Joe Wright.
En su inicio ya nos deja muestras de la calidad del filme que vamos a ver. Comienza con un plano secuencia en la que la protagonista, Elizabeth (interpretada por Keira Knightley), recorre parte de su vivienda, introduciéndonos así en su vida, su familia, su hogar, etc.
Aquí ya vemos que nuestra protagonista es alguien diferente al resto de la familia.
ELIZABETH BENNET
Nuestra protagonista y heroína. Posiblemente, uno de los personajes femeninos más queridos de la literatura.
Elizabeth se nos introduce como una mujer fuera de lo común, a la que le interesan más los libros que los hombres.
Una mujer de carácter, que ama a su familia y que no se deja pisotear por nadie.
Es el personaje más feminista con diferencia, ya que no se deja casar con las opciones más fáciles, sino que ansía encontrar el amor verdadero, a pesar de que pueda terminar sola y en la ruina.
Como todas las heroínas emprende un viaje dentro de ella, lleno de obstáculos, que la conducirán a una sabiduría mayor, permitiéndole gozar de lo que ella tanto buscaba: un hombre que la quisiera por cómo ella es, y al que ella también amase. Ese no es otro que Mr Darcy.
Elizabeth, interpretada por Keira Knightley
El curso de los acontecimientos hasta casarse con Darcy está lleno de obstáculos. Luchas de orgullo, de clases sociales incluso.
La fortaleza mental de Elizabeth se resquebraja en algunas escenas, en las que solo le queda aceptar los acontecimientos.
La escena de Elizabeth en el columpio, a modo de plano secuencia, adornada con el paso de las estaciones y una música que acaricia al personaje, no sólo es un recurso muy inteligente para exponer el paso del tiempo, sino que vemos la tristeza producida por una ilusión perdida.
Muchos criticarán el hecho de que la vida de la protagonista gire entorno al matrimonio, quitándole todo ápice de feminismo.
Sin embargo, Elizabeth no admitiría un matrimonio que no fuese por amor, y sus inclinaciones intelectuales y morales le impiden ser como el resto de las mujeres de la época. Además, recordemos la situación de estas mujeres. Casarse era prácticamente vital para su supervivencia.
MRS. BENNET
Brenda Blethyn como Mrs Bennet.
La visión que tenemos de la madre de la protagonista es muy diferente.
La señora Bennet se nos muestra como un ser patético, que desea aparentar más de lo que es.
En el primer baile ya apreciamos los chismosa que es y cómo intenta, a toda costa, conseguir un matrimonio ventajoso para alguna de sus cinco hijas.
En el segundo baile, una joya de la narración audiovisual, asistimos a un plano secuencia en el que se nos introduce, mediante el recorrido de Elizabeth, la forma de ser de todos los personajes, incluso podemos ver quién está enamorado de quién.
En este, la madre hace gala de que su hija mayor, Jane, va a casarse con el anfitrión, Mr. Bingley, poniéndo en duda la reputación de su hija y, por consiguiente, arruinando el matrimonio de esta.
Mrs Bennet y su imprudencia a la hora de hablar.
Hoy en día, un personaje como el de la señora Bennet es ridículo y machista. Sin embargo, recordemos que estamos en otra época.
Tiene cinco hijas y ninguna heredará, por lo que ese empeño de casarlas a toda costa reside en el deseo de bienestar de sus propias hijas.
LYDIA BENNET
Hermana de Elizabeth y el personaje más diferente a ella.
Lydia (derecha) junto a su hermana kitty, examinando a los hombres del baile.
La mente de Lydia sólo se centra en los hombres. Para ella no hay nada más importante que ellos.
No siente ninguna inclinación intelectual hacia la cultura, sino que vive por y para cortejar a un hombre (y si es guapo mejor).
Lydia es este personaje al que la justicia poética castiga, pues termina casándose con un hombre que no la quiere y que tiene, escondida, una mala reputación.
No podemos castigar al personaje de Lydia si tenemos en cuenta el contexto en el que vivía, sin embargo, personajes como Elizabeth defienden, a pesar de lo que conlleva, su independencia como mujer.
CHARLOTTE LUCAS
Charlotte Lucas
Amiga de Elizabeth y, posiblemente, el personaje más arrinconado por su situación.
Charlotte acaba casándose con Mr. Collins, el primo de Elizabeth y quien le había pedido matrimonio a esta, siendo rechazado por Elizabeth (otra vez la fortaleza de esta).
En cuanto nuestra protagonista empieza a juzgar la decisión de su amiga, esta le recrimina que no tiene otra opción.
El señor Collins no es atractivo a ningún nivel, pero tiene trabajo y la puede mantener.
Charlotte se estaba haciendo mayor y no tenía hermanos ni hermanas. Lo único que le queda es poder casarse con un hombre que pueda darle una vida digna y que la respete.
CONCLUSIONES
Como hemos visto es muy difícil juzgar a estos personajes, debido al contexto de la época en que vivían.
Tenemos diferentes mujeres. Diferentes visiones que son parte de la misma moneda: la de una sociedad machista.
Para terminar, no quiero dejar pasar la oportunidad de animaros a ver esta película, pues no sólo sobresale a nivel de guión, sino que es una joya a nivel técnico e interpretativo.
Podría dedicarle sólo una entrada a la exquisita forma de narrar con imágenes que tiene la película y a su perfecta dirección artística.
Me alegro mucho. También lo es de las mías. Creo que tiene un nivel sobresaliente en todos los aspectos artísticos y técnicos. Además es una obra maestra en lo que a narración fílmica se trata. Con sus planos secuencias no hace falta ni que los actores hablen para poder saber cómo son.
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Me encanto el articulo y estoy totalmente de acuerdo, se ha convertido en una de mis peliculas favoritas
Me alegro mucho. También lo es de las mías. Creo que tiene un nivel sobresaliente en todos los aspectos artísticos y técnicos. Además es una obra maestra en lo que a narración fílmica se trata. Con sus planos secuencias no hace falta ni que los actores hablen para poder saber cómo son.